"La distribución de estos depósitos de agua en la superficie es clave para resolver el enigma de Apolo. Hemos encontrado que el agua se distribuye por toda la superficie de la Luna. Esto indica que el agua que hallamos en las muestras de suelo de los Apolos no es un artefacto único. Parece que todas las rocas ígneas de la Luna son ricas en agua y esto también puede ser típico para su manto", sostuvo Ralph Milliken de la Universidad Brown.
Lee más: Vídeo: la NASA logra captar los volcanes de hielo de una luna de Júpiter
Los autores de la investigación no solo estudiaron los resultados de los programas Apolo, sino que los compararon también con los datos obtenidos durante la misión del satélite indio Chandrayaan-1 (2008-2009) y la información sobre la temperatura de las rocas lunares a lo largo del día. Al final calcularon la proporción de agua en diferentes regiones de la Luna, incluso en las zonas de aterrizaje del Apolo 15 y Apolo 17.
Los científicos todavía no pueden entender el origen de esta agua, pero no descartan que inicialmente la Luna pudiera haber nacido 'seca' y más tarde recibido una gran cantidad de cometas y asteroides con grandes reservas de hielo que lograron mezclarse con las rocas lunares, incluso antes de que se hayan enfriado.
"En la Luna hay reservas de hielo en los cráteres de los polos, pero los depósitos de agua en las rocas se encuentran en unas áreas a las que es difícil acceder. Sin embargo, a la hora de colonizar la Luna, necesitaremos todos los recursos disponibles y el hecho de que no necesitaremos importar agua de la Tierra ayudará mucho a los colonizadores", señaló Shuai Li, autora también del estudio.