"El Carnaval forma parte de la cultura y del turismo brasileño; hace poco recibí a los presidentes de las escuelas de samba que estarán contigo hoy, ayúdelos", pidió el presidente al dirigirse al nuevo ministro de Cultura, Sérgio Sá Leitão, en la toma de posesión del cargo.
"Vamos a analizar con cuidado la situación y ver de qué manera podemos ayudar, el Gobierno brasileño y el Ministerio de Cultura reconocen la importancia de Río de Janeiro y harán lo posible para que el Carnaval de 2018 se celebre aún con más fuerza", aseguró el ministro de Cultura poco después de tomar posesión del cargo.
Las 12 principales escuelas de samba de la ciudad recibían 24 millones de reales (7,5 millones de dólares) de dinero público municipal (de la alcaldía) para realizar sus desfiles en el Sambódromo (vía donde se realiza el desfile de Carnaval), pero Crivella (Partido Republicano Brasileño) redujo la cifra a un millón de reales (315.800 dólares) por escuela argumentando que necesitaba dedicar ese dinero a las guarderías públicas.
En los días de Carnaval en la ciudad se mueven más de 3.000 millones de reales (casi 950 millones de dólares), por lo que el gasto en las escuelas de samba es una inversión, según el presidente de la Liga Independiente de las Escuelas de Samba de Río de Janeiro, Jorge Castanheira.
También argumentaron que la medida del alcalde es ideológica porque Crivella es evangélico (exobispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios) y se deja llevar por unas convicciones personales conservadoras.
Ante esta situación las escuelas llegaron a amenazar con cancelar los desfiles.
Sin embargo, por el momento la promesa no se concretó y las escuelas de samba temen tener que organizar un Carnaval con menos dinero del que disponían normalmente.
Los desfiles de las escuelas de samba son el principal atractivo del Carnaval de Río de Janeiro, que cada mes de febrero congregan a más de un millón de turistas y a millones de telespectadores en todo el mundo.