Así, el mandatario decidió "congelar los contactos con el Estado ocupante en todos los niveles hasta que Israel no cancele sus medidas dirigidas contra el pueblo palestino en su conjunto, así como contra la ciudad de Jerusalén y la mezquita Al Aqsa", dijo Abbas, citado por la agencia palestina WAFA.
El jefe de Estado aseguró que seguirá proporcionando "todo el apoyo posible" a los ciudadanos de Palestina, representantes de las empresas y otras organizaciones con sede en Jerusalén.
"Con este fin, hemos decidido asignar 25 millones de dólares. Exhorto a los empresarios palestinos y otras empresas de nuestro país, así como a los fondos árabes e islámicos, a unir fuerzas para lograr el objetivo común", dijo Abbas.
Además, pidió a todos los empleados de las instituciones gubernamentales, públicas y privadas donar dinero por el bien de los palestinos que viven en Jerusalén.
Después de la instalación de los detectores de metales, muchos creyentes se niegan a pasar la inspección y organizan oraciones en las calles del casco antiguo, provocando enfrentamientos con la Policía.
Israel rechaza las acusaciones de utilizar la tragedia de la semana pasada con el fin de ampliar su influencia en el Monte del Templo, que también es venerado por los seguidores del judaísmo como uno de los lugares más sagrados.