El rascacielos de 65 pisos se encuentra en medio de un 'rebranding' después de que Trump Organization cediera el contrato de gestión del edificio a la empresa JFC Capital.
Según el medio, el hotel inaugurado en 2012 causó discrepancias desde el inicio.
En 2015, debido a la oscilación de la aguja de la torre, la policía bloqueó las carreteras cercanas y un año más tarde un cristal agrietado obligó a las autoridades repetir esta medida.
Dos semanas después de la victoria de Trump en las presidenciales de noviembre de 2016, las inmediaciones del hotel se convirtieron en un lugar de concentración de manifestantes.