Maggi dijo en Washington, tras reunirse con su homólogo estadounidense Sonny Perdue, que espera que la apertura de EEUU para la carne de Brasil sea lo más rápida posible, "creo que podría ser en un horizonte de 30 a 60 días", según recoge la estatal Agência Brasil.
El 22 de junio las autoridades estadounidenses informaron que habían suspendido la importación de carne brasileña por cuestiones fitosanitarias.
Alegaron que buena parte de la carne brasileña tenía exceso de grasa, algo que, según el Gobierno brasileño, se debe a la manera en que se aplica al ganado la vacuna contra la fiebre aftosa.
El acuerdo para que EEUU importara carne brasileña "in natura" se consideraba estratégico, porque se consiguió en julio del año pasado después de 17 años de negociaciones.
Además, el veto se produjo pocos meses después de que estallara el caso de corrupción "Carne Fraca" (carne débil), que puso al descubierto que parte de este producto estaba adulterado para esconder su mala calidad.