"EEUU es guía para muchos países, especialmente para los pequeños de América Central; Brasil puede perder mucho si esta situación no se resuelve rápidamente", admitió el ministro en declaraciones a la prensa local.
El Gobierno de EEUU suspendió el jueves temporalmente la importación de carne fresca de vacuno procedente de Brasil alegando problemas sanitarios, porque se encontraron abscesos de grasa en 11 por ciento de la mercancía revisada.
El acuerdo para que EEUU importara carne brasileña "in natura" se considera estratégico y se consiguió en julio del año pasado, después de 17 años de negociaciones.
El ministro admitió que hay que revisar los cortes para que la carne exportada sea de más calidad, pero también dijo que la prohibición tiene que ver con la desconfianza generada tras el escándalo de la investigación conocida como "Carne Fraca" (carne débil en portugués).
La policía brasileña destapó en marzo una trama corrupta que permitía que decenas de productores de carne se saltaran los controles sanitarios y colocaran en el mercado alimentos en mal estado, lo que provocó que varios países del mundo cerraran las puertas a los productos cárnicos de Brasil.
"Estamos siendo castigados por la desconfianza generada en Brasil; si no hay confianza aquí, imagine para los importadores", aseguró el ministro, que admitió que las consecuencias de ese escándalo aún se dejan notar.
En un reciente viaje a China y a Hong Kong el ministro ratificó esa sensación.
"Allí la operación se conoce como "carne podrida"; tan solo de oírlo a la gente le da asco la carne brasileña", lamentó.
Brasil es uno de los principales productores y exportadores de carne del mundo y su sector agrícola y ganadero es un pilar de su economía.
Sin embargo, el sector no pasa por su mejor momento; a la desconfianza generada por el caso de la Carne Fraca se suma el escándalo que rodea a JBS, la mayor empresa productora de carne del mundo.
Los directivos de la empresa abrieron un nuevo flanco de la actual crisis política que vive Brasil al grabar al presidente Michel Temer autorizando el pago de sobornos.
Además confesaron que durante años sobornaron a más de 1.800 políticos de prácticamente todos los partidos, lo que puso el negocio cárnico en el centro de las tramas corruptas de Brasil.