El 17 de julio se cumplen tres años de la tragedia del vuelo de Malaysia Airlines MH17 en Ucrania. A pesar de que han pasado varios años desde la tragedia, el grupo internacional de investigación no ha logrado presentar pruebas convincentes que respondan a las preguntas: quién y cómo derribó el avión que cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur.
El grupo internacional JIT (Joint Investigation Team, por sus siglas en inglés) prefirió acusar a las milicias de Donbás —como previamente lo había hecho el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y el exmandatario de EEUU Barack Obama— que realizar una investigación independiente, considera el periodista ruso Vladímir Ardáyev en su artículo para Sputnik.
"Tras enfocarse en la cuestión de quién derribó la aeronave, los investigadores no contestaron a la pregunta clave de cómo fue posible que los aviones civiles siguieran volando sobre una zona de combates", señala el columnista.
Vuelos sobre llamas
El JIT presentó el 28 de septiembre de 2016 el primer informe preliminar sobre los resultados de su trabajo.
Una de las causas de la tragedia fue el hecho de que Ucrania no cerrara a tiempo su espacio aéreo, ya que para el día 17 ya se estaban librando en territorio ucraniano combates con los sistemas de defensa antiaérea.
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"Para aquel momento, Ucrania ya había cerrado el cielo sobre Donbás, pero lo había hecho de forma parcial. Las interrogantes más grandes son: ¿cómo lo hizo? y ¿fueron suficientes las medidas aplicadas por el país eslavo?", se pregunta Serguéi Melníchenko, miembro de la Fundación Internacional de Seguridad de Vuelos.
Según el experto, la principal amenaza para la seguridad de vuelos en la región en la que fue derribado el vuelo MH17 de Malaysia Airlines consistió en el hecho que ni Ucrania, ni Eurocontrol —Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea— publicaron información sobre la clausura del espacio aéreo para toda altitud de vuelos.
Melníchenko está convencido de que este aviso no fue lo suficiente difundido, dado que el Boeing de Malaysia Airlines volaba a una altitud de 10 kilómetros, es decir, cumplió con el requerimiento, pero eso no le salvó la vida a las 298 personas a bordo.
Aviso ilegible
De acuerdo con Melníchenko, Ucrania aplazó el cierre completo de su espacio aéreo deliberadamente por razones políticas —si Ucrania cerraba su espacio aéreo, Kiev no habría sido capaz de controlar totalmente la situación en su propio territorio— y financieras —el uso del espacio aéreo por parte de las aerolíneas extranjeras aseguraba un flujo de recursos considerables al presupuesto del país—.
"Por no querer perder este lucrativo negocio las autoridades de Ucrania decidieron limitar la altitud de los vuelos sobre Donbás, ya que sabían que los vuelos de larga distancia se realizan a una altitud de 10 kilómetros", dijo.
Además, la difundida NOTAM fue redactada de tal manera que era casi imposible entender su sentido, un hecho al que también prestó atención el especialista en seguridad de aviación Mark Zee en su blog.
"A veces, ante el despegue, el comandante recibe decenas de páginas de NOTAM de los distintos países, cuyo territorio atraviesa su ruta. Y puede que no tenga tiempo si va a estudiar detalladamente toda la información que está descrita en ellos, especialmente cuando es extremadamente complicada de entender", explica.
¿A quién pertenecía el Buk?
De acuerdo con la conclusión a la que llegó el grupo internacional de investigación, el avión fue derribado con un misil de clase tierra-aire, lanzado desde un campo que se encuentra cerca del pueblo de Pervomáiskoye, controlado en ese momento por las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD).
Dichas conclusiones fueron categóricamente refutadas por las autoridades rusas. Desde el Ministerio de Defensa declararon que ni un solo Buk había sido trasladado al territorio de la RPD.
Por su parte, los representantes del consorcio Almaz-Antey, fabricante de los sistemas de misiles antiaéreos Buk, presentaron su propia investigación, basada tanto en la modelación por ordenador, como en pruebas prácticas. Sus resultados refutan por completo la conclusión de los investigadores internacionales, escribe Ardáyev.
"Estas conclusiones [las de la investigación internacional] carecen de argumentos técnicos para poder afirmar que Rusia podría haber tenido algo que ver con el siniestro del avión malasio", declaró a Sputnik el diseñador adjunto del consorcio, Mijaíl Malishevski.
Aparte de esto, el JIT basó todas sus conclusiones en información conseguida por el grupo Bellingcat, que, a su vez, fue entregada por Ucrania.
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Posteriormente, los métodos de investigación aplicados por Bellingcat fueron criticados por muchos expertos occidentales. Entre ellos se encuentra el creador del servicio online Fotoforensics.com, Neal Krawetz, quien afirmó que el trabajo de Bellingcat es un claro ejemplo de cómo no se debe hacer un análisis digital de imágenes.