Según declaró en una entrevista a la cadena rusa RT el director del Centro de Coyuntura Estratégica, Iván Konoválov, el país otomano pretende "diversificar lo máximo posible" sus compras armamentísticas para dejar de depender de las grandes empresas del sector.
"Además, a diferencia de los sistemas rusos, los Aster SAMP/T, fabricados por Eurosam, pueden ser integrados en el sistema de la OTAN", explicó.
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A principios de la década de los 2000, Turquía llevó a cabo un proceso de licitación para adquirir sistemas de defensa antimisiles extranjeros. En 2013, la empresa china Cpmiec ganó la licitación, tras lo cual Turquía y China firmaron un contrato de suministro de los complejos ЗРК HQ-9. No obstante, estos sistemas no podían neutralizar misiles balísticos, lo que resultó ser una desventaja importante. Así, en 2015, Turquía rescindió el acuerdo, después de lo cual tomó la decisión de fabricar su propio sistema de defensa antiaérea avanzado para ampliar su mercado de armas.
El 3 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció los planes del país para la creación del primer portaviones de fabricación nacional, además de subrayar que "para 2023, Turquía debe alcanzar la independencia de las empresas extranjeras en el ámbito militar". Sin embargo, para ser capaz de fabricar sus propias armas, Ankara necesita obtener licencias de tecnologías extranjeras.
"En teoría, es posible, pero en la práctica, es difícil de imaginar", indicó Iván Konoválov, en cuanto al posible uso de tecnologías militares rusas por parte de Turquía.
¿Por qué #Turquía quiere un portaviones? https://t.co/pRndBDxhqq pic.twitter.com/ZlUhMgDSaM
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 9 июля 2017 г.
Según Konoválov, los planes de Ankara son prácticamente "imposibles" de alcanzar para el sector militar turco. Así, en la primavera de 2017, los tanques turcos Altay AHT se quedaron sin motores, ya que Ankara solicitó a las empresas productoras de estos componentes —la austríaca AVL List GmbH y la japonesa Mitsubishi— la entrega de las tecnologías de producción de estos motores, a lo que las compañías se negaron.
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El experto informó de que cualquier país, incluso EEUU, adquiere los componentes y armamentos en el extranjero y que "la industria de defensa turca no será capaz de alcanzar un nivel tan alto para 2023".