Turquía, que vive un auge de la industria naval con la construcción de varios buques de guerra —catorce en los últimos años, según el propio Recep Tayyip Erdogan—, hace años que estudia lanzar la creación de un portaviones.
Según recuerda Vzglyad, para el año 2012 el proyecto preliminar se dio por completado: el precio del buque, cuya construcción está prevista para 2021, se estimó en 1.500 millones de dólares.
#Turkey's new pooled amphibious/helicopter/aircraft carrier ship to be in service in pair until 2021. pic.twitter.com/QlXe7ruYu6
— Süleyman Gökçe (@_sgokce) September 15, 2014
Cuestión de clases
En realidad, los militares turcos optaron por tomar como base el buque de asalto anfibio español Juan Carlos I. El contrato correspondiente con la empresa española Navantia se firmó en 2015.
El buque turco tendrá una longitud de 232 metros, una eslora de 32 metros y un desplazamiento de 26.000 toneladas. Contará con una rampa de despegue y albergará 10 cazabombarderos F-35B y 12 helicópteros. Dentro de la nave podrán acomodarse unos 90 tanques.
Aquí radica una importante diferencia entre un buque de asalto anfibio y un portaviones 'tradicional'.
La nave con la que sí se puede comparar la clase Juan Carlos son los buques de asalto anfibio clase Mistral.
Los dos se diferencian en detalles: el proyecto español alberga más material bélico, y apuesta por aviones de despegue y aterrizaje vertical en su grupo aéreo mientras Mistral se posiciona como portahelicópteros y puesto de mando móvil.
Vale notar que en el ejército estadounidense, que emplea varias clases de buques de asalto anfibio, esas naves no se consideran portaviones aunque están dotados técnicamente con aviones de despegue vertical.
En cualquier caso, los buques de esta clase son una potente herramienta de proyección de la fuerza fuera de las fronteras nacionales, si bien no alcanzan el nivel de poderío de un grupo aeronaval de EEUU, Rusia o China.
También es importante recordar que son, en esencia, armas ofensivas. En este sentido, los planes de creación de un buque tal demuestran las ambiciones del líder turco.
"Erdogan busca ampliar la esfera de influencia de Turquía. No se satisface con los mares Negro y Egeo y Oriente Próximo. Creo que sus aspiraciones van más allá", comentó a Vzglyad el excomandante de Flota rusa del Mar Negro, el almirante Vladímir Komoyédov.
Para Rusia, que ya se ocupa de vigilar los portaviones estadounidenses, la aparición del buque turco no representará una diferencia considerable.
"Siempre hay que pensar en las medidas para contrarrestar cualquier portaviones, sea norteamericano, francés o turco. Una posible solución es optar por una armada móvil, sin apostar por los enormes lentos buques", teorizó.
Le puede interesar: 'Monstruos marinos': los diez mayores portaviones del mundo