La reapertura, que incluye a los fieles musulmanes y a los turistas, se produce 48 horas después del cierre completo ordenado por Netanyahu tras la muerte de dos policías israelíes en un ataque ocurrido a escasos metros de la Explanada y que perpetraron tres atacantes árabes israelíes abatidos posteriormente.
Después de estudiar la situación con las fuerzas de seguridad, Netanyahu decidió que se instalen en la Explanada y en los accesos a la Explanada cámaras de vídeo y portales con detectores de metales.
En el comunicado la oficina del primer ministro añade que próximamente se adoptarán otras medidas adicionales.
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En la ciudad vieja de Jerusalén hay más de 500 cámaras de vídeo que registran todos los movimientos de la gente y de los turistas que la visitan, y que se instalaron hace más de una década, durante la segunda intifada.
El propio Waqf ha denunciado esos registros calificándolos de "delito de la ocupación israelí" y de violación del derecho de los musulmanes a practicar el culto en la Explanada de las Mezquitas.
Netanyahu hizo saber a la comunidad internacional que no piensa trastocar el statu quo de los santos lugares musulmanes de Jerusalén, algo que temen los propios musulmanes, quienes aseguran que haber cerrado durante dos días la Explanada de las Mezquitas ya representa un cambio muy grave en el statu quo que había hasta ahora.