"El régimen del presidente de Siria, Bashar Asad, debe aclarar definitivamente los volúmenes reales de su programa de armas químicas y cooperar a ese respecto con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)", dijo Gabriel a través de un comunicado publicado en el sitio web de la Cancillería alemana.
A finales de junio la OPAQ publicó un informe que confirma el uso de gas sarín el 4 de abril en un supuesto ataque contra Jan Sheijun, provincia siria de Idlib, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud.
El documento está a disposición del Mecanismo Conjunto de Investigación OPAQ-ONU (JIM, por sus siglas en inglés), creado en 2015 para este tipo de propósitos, que se encarga de determinar quién está detrás del uso del mortífero gas.
El Gobierno sirio subrayó que nunca empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición, ni contra los terroristas.
El 7 de abril EEUU atacó con misiles de crucero la base aérea siria de Shairat (provincia de Homs) sin esperar ninguna investigación ni presentar pruebas irrefutables.