"Muchas personas admiraron y admiran sinceramente a nuestra revolución y a sus líderes y creo que la cercanía con Fidel, en particular, es algo que caracterizó al pueblo soviético, ruso, y a sus intelectuales, entre los que resalta Glazunov", afirmó Rojas a esta agencia.
Glazunov, miembro de la Academia de Bellas Artes de Rusia, falleció a la edad de 87 años, a consecuencia de un paro cardíaco, confirmó su hija Vera Glazunova.
El viceministro evocó la labor del artista durante su visita a Cuba, donde realizó un retrato del líder de la revolución.
"Recuerdo su trabajo y sus expresiones de solidaridad hacia Cuba, Rusia es un país donde nos quisieron mucho, nos ayudaron mucho y esa amistad perdura", expresó el viceministro.
Al regresar a su ciudad natal, en 1944, ingresó en la Escuela de Arte con lo cual emprendió un largo recorrido por diversas instituciones especializadas con el objetivo de cultivar su talento para poder expresar su sensibilidad a través de la pintura.
En 1956 inauguró su primera muestra personal en la capital de la Unión Soviética, tras lo cual ganó notoriedad en Europa Occidental, especialmente en Italia, primer país al que viajó con 33 años.
La crítica y el público coinciden también en el elogio a sus lienzos e ilustraciones de las obras de los clásicos rusos de la literatura.
Por su extraordinaria contribución al arte mundial en la pintura y la escenografía, Glazunov recibió las más altas distinciones para un creador de la Unión Soviética y de la Rusia postsoviética.
Asimismo, la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura le confirió la Medalla de oro.
También fue nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de Rusia y de la Real Academia de las Artes de Madrid y de Barcelona.
En 1988 pintó una de sus obras más famosas Rusia eterna, en la cual refleja su visión sobre la Unión Soviética de la etapa de la perestroika y la glasnot.
Entre 1996 y 1999 fue el responsable de la dirección artística de la restauración del Gran Palacio del Kremlin.
La mayor parte de sus creaciones se atesoran en la galería moscovita Glazunov, un museo de muros celestes de modesta apariencia en comparación con las grandes edificaciones históricas que le circundan.