Dmitri Rogozin, vice primer ministro de Rusia, en una reciente entrevista con Sputnik, reveló detalles acerca de este supuesto 'centro de espionaje ruso'.
"[En el centro] hay dos gatos, varios perros que ladran alto, tan alto que pueden ser oídos en Kosovo. Además, hay cuatro empleados civiles cerca de la edad de jubilación. Todo esto representa una 'amenaza colosal' para la seguridad nacional estadounidense", bromeó Rogozin.
Sin embargo, al visitar el centro ruso-serbio, la corresponsal de Sputnik Senka Milos descubrió que Rogozin estaba equivocado.
Cuando no está ocupada en sus 'misiones espías', Alpa es entrenada para operaciones de búsqueda y rescate. Su tarea es mostrar a los equipos de salvamento donde se encuentran las personas con vida bajo tierra o bajo los escombros, en caso de catástrofes.
Andréi Díkonov, el entrenador de Alpa, afirma que nunca ha visto gatos en el centro, pero tampoco ha visto personas desconocidas por allá, ya que la perra, además de salvar vidas, es, en primer lugar, guardián del centro humanitario.









Los funcionarios del lugar señalaron que, aunque Rogozin obviamente estaba siendo sarcástico, la presencia de animales en el local hizo a muchos habitantes creer que existía un 'pequeño zoológico' allí y llegaron a comunicarse con los órganos de protección para certificar que los animales eran bien cuidados.
Diplomáticos estadounidenses acusaron al Centro Humanitario Ruso-Serbio de espionaje, lo que sería una amenaza al contingente estadounidense en Kosovo. Tanto Moscú como Belgrado han negado en reiteradas ocasiones la función de espionaje del centro y han invitado a otros países a que participen en esta organización.