"Esperamos que esa reglamentación no sea demasiado restrictiva y en cambio estimule la creación de una industria nacional", dijo Sánchez, coordinadora del Programa Latinoamericano para la Reforma de la Política de Drogas de México Unido contra la Delincuencia (MUCD), que lideró un proyecto de ley, que incluía legalizar el uso recreativo.
La reforma constitucional fue promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto la semana pasada, pero el Gobierno debe presentar en diciembre de este año una ley reglamentaria.
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A partir de la promulgación de una reforma aprobada en abril pasado por el Congreso a los códigos penales y de salud, que autoriza el uso medicinal de cannabis, el Gobierno tiene 180 días para emitir una ley reglamentaria.
"Nuestra recomendación es que no solamente se autorice la importación de fármacos producidos a base de cannabis por prescripción médica a pacientes, sino también preparaciones nacionales de aceites y aerosoles, presentaciones en gotas y pomadas", dijo la experta.
El objetivo "es que no se trate simplemente de abrir la puerta a las empresas que ya comercializan esos productos en el extranjero, como Sativex o Charlotte"s Web", explicó Sánchez, quien cuenta con un doctorado en la Escuela de Ciencias Económicas de Londres.
La compra de ese tipo de medicamentos, por ejemplo en el estado de California (oeste de EEUU), mediante receta médica legalizada ante ese ente federal es por ahora la única reglamentación vigente.
En agosto del año pasado, se celebró en México la Expo Weed, la primera feria del cannabis en este país latinoamericano, en la que participaron organizaciones sociales que abordan las políticas de drogas desde enfoques de la salud pública y derechos humanos.
Industria mexicana de cannabis
Los tres objetivos de las organizaciones que han impulsado las reformas son, según Sánchez, "en primer lugar que haya diversidad en las preparaciones para una oferta amplia en numerosas presentaciones y propósitos medicinales en el mercado mexicano".
Un tercer objetivo es que, si se da ese paso para el cultivo, procesamiento y producción medicinal utilizando la planta "esperamos que se incluya en el cuadro básico de medicamentos nacionales y se eviten limitantes para pacientes, debido a los elevados precios y costos aduanales adicionales de importación".
Una de las metas que los promotores de la regulación plantean al Gobierno federal es "que en el país no dependamos de productos importados y patentados en el extranjero de una planta que se produce ampliamente en México", dijo.
Existen muy pocas investigaciones y estudios sobre la marihuana en algunos institutos mexicanos de alto nivel.
En el país predominan los enfoques para prevenir los daños del cannabis y adicciones, no sobre el desarrollo de patentes y la consolidación de una industria farmacéutica.
El costo del producto, explica Sánchez, es de 500 dólares por frasco, que contiene dosis que pueden durar de uno a dos meses, dependiendo de las recetas médicas.
La expectativa, puntualizó, es que México pueda invertir para la fabricación de productos medicinales accesibles "que se incluyan en los sistemas de seguridad social y no solo contemple las importaciones patentadas en EEUU".
El Congreso aprobó el 6 de mayo pasado el uso medicinal de la marihuana, tras dos años de debates en los que el gobernante Partido Revolucionario Institucional recortó el proyecto de Peña Nieto.