"Nosotros, los militares, definimos la amenaza a partir de dos elementos principales. Una es la capacidad, la otra es la intención, explicó Pavel.
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"En cuanto a las intenciones, no está tan claro porque no podemos decir claramente que Rusia tenga intenciones agresivas contra la OTAN", añadió.
Sin embargo, Pavel denunció la "creciente presencia militar de Rusia" al mencionar en particular la información sobre el emplazamiento de misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear en Kaliningrado y Crimea.
"También observamos una actitud más firme por parte de sus líderes políticos y militares que hablan de tomar todas las medidas necesarias para hacer frente al incremento de la capacidad militar de la OTAN. Nos enfrentamos a una modernización a gran escala de las Fuerzas Armadas de Rusia", dijo.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó en más de una ocasión que el país incrementa sus capacidades militares en respuesta a las amenazas cerca de sus fronteras.
Paralelamente, la Alianza sigue adelante con el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa.
A mediados de mayo de 2016, la OTAN puso en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore en la base rumana de Deveselu.
Por su parte, Rusia emplazó misiles balísticos de corto alcance Iskander-M en la provincia rusa de Kaliningrado, enclave ubicado entre Polonia y Lituania. Están montados en camiones y tienen un alcance de alrededor de 480 kilómetros, lo que les permite llegar a los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y buena parte del territorio de Polonia.