Los países árabes presentaron a Catar una lista de demandas. De acuerdo con Mirzayán, junto con unas exigencias moderadas —reducir contactos con Irán, expulsar a los terroristas, terminar de financiar a las fuerzas catalogadas como terroristas en el golfo—, la lista incluye unos puntos humillantes, como "pagar la compensación" o aceptar una auditoría mensual de cumplimiento de las demandas durante el primer año, trimestral durante el segundo y cada año durante los próximos diez.
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La lista también prevé cerrar Al Jazeera. Según el autor, esta no es una simple compañía de televisión, sino el escudo y espada de información del país, una las principales herramientas de influencia en la región.
"Es una muerte aplazada [para Catar]. O la transformación del país en un estado vasallo de Arabia Saudí", comenta el columnista.
En busca de amigos
"Es por ello que el emir Tamim [ben Hamad Thani] necesita potentes amigos extranjeros".
Según el analista, Catar no espera mucha ayuda de EEUU, puesto que el Departamento de Estado está tratando de mantener distancia entre todas las partes en conflicto. Irán no les conviene a los cataríes por razones de imagen. Es aquí donde entra Turquía.
El 'gran juego' de Oriente Próximo: #Turquía se une a #Irán y #Catar https://t.co/tUNfnjIJwX pic.twitter.com/OprONkhcBZ
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La elección de Turquía
Tras el inicio del bloqueo, en los supermercados cataríes aparecieron alimentos turcos. De acuerdo con la Asociación de Exportadores del Mediterráneo Occidental, durante el período del 1 de mayo al 15 de junio, el volumen de exportaciones de frutas y verduras de Turquía a Catar aumentó un 724% en comparación con el mismo período del año anterior y costó alrededor de 380 millones de dólares.
Asimismo, el país otomano envió a Catar dos docenas de soldados. En un futuro cercano, se prevé desplegar miles de soldados turcos en su territorio, que podrían ayudar a las autoridades de Catar a hacer frente a posibles disturbios, así como una intentona golpista, pronostica Mirzayán.
El interés turco
Algunos expertos turcos calificaron de apresurada la decisión de Erdogan. Según el exministro de Exteriores turco Yasar Yakis el apoyo a cualquiera de las partes en el conflicto solo agravaría el aislamiento internacional de Turquía.
Sin embargo, Erdogan tenía sus propias razones para hacer esa elección, señala el politólogo.
Además, Ankara espera llenar el vacío político que se formó en Oriente Próximo tras el colapso de Irak y se intensificó después del debilitamiento de Egipto y el inicio de la guerra civil en Siria, considera el autor.
Mirzayán recuerda que los cataríes han aplazado durante mucho tiempo el despliegue de una base turca, acordado a finales de 2014. "Pero ahora, por obvias razones, se han vuelto más adaptables. Erdogan lo aprovecha", explica.
Asimismo, Turquía entiende que la posible derrota de los países del golfo en el conflicto con Catar, debilitaría a Arabia Saudí y ampliaría el espacio de influencia para el país otomano.
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La reacción del golfo Pérsico
El autor señala que dado que Catar se negó a cumplir el ultimátum, los saudíes, los EAU y Egipto tienen la intención de imponer sanciones contra Turquía, según algunas fuentes de información. El golfo tiene posibilidades de presionar a Turquía. Los Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, es el inversor más grande de Oriente Próximo en la economía turca.
Mirzayán considera que Erdogan aguantaría esta presión. Sin embargo, el politólogo se pregunta si el presidente turco se arriesgaría a pronunciarse en contra de Washington, si este apoya a Arabia Saudí en este conflicto. Si se atreve, Recep Tayyip Erdogan se dará cuenta de lo que realmente significa el aislamiento internacional, concluye el autor.