Temer está siendo investigado bajo autorización del Tribunal Supremo Federal por supuestos delitos de corrupción, obstrucción a la Justicia y organización criminal y esta semana la Procuradoría General de la República podría presentar una denuncia formal en su contra.
El presidente fue grabado en una conversación privada en la que presuntamente daba luz verde a la entrega de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, preso en la cárcel por corrupción.
En sus pronunciamientos públicos el presidente remarca constantemente que no piensa dimitir porque la prioridad es continuar con las reformas económicas para que Brasil salga de la crisis.
El pasado fin de semana el instituto de opinión Datafolha divulgó una encuesta que muestra que Temer cuenta únicamente con la aprobación del siete por ciento de los brasileños.
Es el porcentaje más bajo para un presidente desde 1989, cuando José Sarney sólo contaba con el beneplácito del cinco por ciento de los ciudadanos.