"Mi Gobierno no tiene intenciones de dar marcha atrás en las obligaciones contraídas en el marco de la alianza entre Corea del Sur y EEUU", cita este 26 de junio la agencia Yonhap a la ministra.
La diplomática subrayó que es un asunto interno del país y la decisión de desplegar los sistemas estadounidenses no será revisada.
"Llevar a cabo una evaluación del impacto medioambiental es un proceso interno, que no implica cancelación o revocación de la decisión de desplegar el THAAD", precisó la ministra.
Dos baterías del THAAD ya fueron desplegadas en el territorio surcoreano a principios de mayo.
El sistema THAAD (por las siglas en inglés de Defensa Terminal de Área a Gran Altura) está diseñado para detectar misiles balísticos con radar terrestre e interceptarlos a una altitud de entre 40 y 150 kilómetros.
Una batería THAAD incluye un radar TPY-2 TM, seis lanzaderas, 48 misiles interceptores y un punto de mando.
Lea también: Trump regala un argumento de oro a quienes se oponen al THAAD
Tanto Seúl como Washington afirmaron reiteradamente que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.
A principios de junio el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que amplía las sanciones impuestas contra Pyongyang debido al lanzamiento de misiles, en la lista de los sancionados figuran varias personalidades y entidades jurídicas: tropas de misiles, compañías comerciales y bancos.
A pesar de las prohibiciones de la ONU, ya son nueve las pruebas de misiles balísticos que Pyongyang realizó en lo que va de año.
Las negociaciones sobre la desnuclearización de la península, que las dos Coreas, China, Japón, Estados Unidos y Rusia desarrollaron de 2003 a 2007, siguen paralizadas desde 2009 cuando Pyongyang, molesto por el recrudecimiento de las sanciones internacionales en respuesta a sus pruebas nucleares y de misiles, se negó a continuar el diálogo.