La Secretaría de Relaciones Exteriores de México señaló en un comunicado que, "aunque México tiene un problema significativo de violencia, no es el segundo país más violento del mundo".
La cancillería mexicana comparó los índices de violencia de los países de América Latina, indicando la tasa de homicidio en Honduras, con 90,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes, de Venezuela, que registra 53,7; Belice con 44,7; Colombia con 30,8, y de Brasil que tiene una tasa de 25,2 en ese indicador, dijo en un comunicado que cita las cifras de la ONU.
"Mientras que en México la tasa es de 16,4 (homicidios por 100.000 habitantes), muy por debajo de varios países de la región", dice la respuesta diplomática al presidente estadounidense.
El artículo periodístico, difundido por el mandatario, reportó que agentes de inmigración de la policía detuvieron en Nueva York a 39 miembros de la pandilla MS-13, calificada como "hiper-violenta".
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Consumo de drogas en EEUU es la raíz del narcotráfico
"Sin embargo, como ha sido enfatizado repetidamente por el mismo Gobierno de EEUU, el tráfico de drogas es un problema compartido que sólo terminará si se abordan sus causas de raíz: la alta demanda de drogas en EEUU y la oferta desde México (y otros países)", añade la respuesta.
"Para ser efectivos, debemos dejar de culparnos el uno al otro", indica la respuesta diplomática.
Finalmente, el Gobierno mexicano propuso seguir trabajando con la Casa Blanca en el combate a las drogas, "con base en los principios de responsabilidad compartida, trabajo en equipo y confianza mutua".
Y en el siguiente mensaje, indicó que "México fue clasificado como el segundo país más mortífero del mundo, después de Siria".
El episodio sirvió al mandatario para reiterar que "el comercio de drogas es en gran parte la causa. ¡Vamos a CONSTRUIR EL MURO!", escribió con mayúsculas.
El Gobierno mexicano negocia desde enero con su contraparte estadounidense una agenda centrada en temas de comercio, migración y seguridad, pero ha excluido de la relación bilateral el asunto del muro fronterizo, que lo considera un asunto interno de EEUU.