"Estoy en contra de exigencias de cerrar ningún medio, porque es un crimen, una violación del derecho a la libertad de expresión; si se tratara del cierre de BBC o algún otro canal, mi postura sería la misma", dijo.
Añadió que "si Al Jazeera violó algo, cualquiera puede demandarla en un tribunal, ya sea un tribunal catarí o de algún otro país, es un derecho legítimo de cada quien sufrió de un medio; pero la exigencia de cerrarlo es un crimen".
"Nuestro canal se financia con fondos cataríes, pero ofrecemos nuestros servicios al público árabe e internacional; continuaremos nuestro trabajo", dijo Abuhilala.
Al Jazeera sufre las consecuencias de la crisis diplomática entre Catar y varios países del Golfo.
Arabia Saudí exigió que Catar cambiara la política y la administración del canal para que sus transmisiones no contradijeran los intereses del Golfo y el mundo árabe.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron la ruptura de las relaciones diplomáticas y la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, tras acusar a Doha de apoyar el terrorismo.
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Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.