Los dos psicólogos militares que crearon las técnicas de interrogatorio 'mejoradas', utilizadas por la CIA tras el ataque del 11 de septiembre de 2001, testificaron que los funcionarios de inteligencia comenzaron a insultarlos cuando quisieron detener las torturas a los sospechosos.
"Ustedes han perdido su espina dorsal. No son nada más que unos cobardes ('pussies, en inglés'). Va a haber otro ataque en Estados Unidos y la sangre de civiles muertos va a estar en sus manos".
Jessen también afirmó: "[Los funcionarios de la CIA] me decían todos los días que una bomba nuclear iba a estallar en Estados Unidos porque yo les había dicho que pararan [las torturas], y que iba a ser culpa mía por haberme echado atrás".
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Trece de las técnicas de interrogatorio desarrolladas por los dos psicólogos fueron aprobadas por el Departamento de Justicia en 2002 y 2005. En 2014, el Comité de Inteligencia del Senado publicó un informe criticando el programa de interrogatorio como "brutal" y "profundamente defectuoso", y reconociendo que muchas de las técnicas incluían la tortura.