Si bien el restablecimiento del proyecto aún no ha sido anunciado oficialmente, algunos especialistas opinan que este desenlace no puede ser excluido.
De acuerdo con el medio austriaco Der Standard, la empresa gasística OMV —la más grande en Europa Central— y la compañía rusa Gazprom han abordado la posibilidad de reanudar el proyecto.
Si bien es cierto que ni las autoridades de Austria ni la propia empresa hicieron comentarios oficiales al respecto, Der Standard considera que el silencio sobre el tema puede significar que las negociaciones se están llevando a cabo de manera secreta.
El proyecto de construcción del gasoducto South Stream preveía suministrar alrededor de 67.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa por valor de 15.500 millones de euros. El South Stream debería haber atravesado los territorios de países como Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia.
"Europa necesita ciertamente una alternativa al tránsito de gas a través de Ucrania. Gazprom puede garantizar esa alternativa, pero las discrepancias políticas de un tiempo a esta parte impiden el acuerdo. Cualquier proyecto de los tres —Nord Stream, Turkish Stream y South Stream— puede llegar a buen puerto. Los riesgos vinculados con el surgimiento y el levantamiento de las barreras administrativas son equivalentes. Esta es la razón por la que es lógico ocuparse de los tres a la vez".
Por su parte, Román Terejin, directivo en la firma de abogados Delovoi Farvater, también admite la posibilidad de que Rusia vuelva a la construcción del South Stream.
Terejin afirma que la implementación del proyecto South Stream beneficiaría no solo a Rusia, sino también a Europa, puesto que la haría independiente de los suministros de gas por parte de Turquía.
De todas maneras, el éxito del gasoducto South Stream depende de las garantías que Europa, por el momento, se niega a conceder a Rusia. En estas circunstancias, invertir una suma millonaria en el proyecto resulta, sin duda, irracional.
"Si la empresa austriaca y Gazprom están realmente negociando algo, no podrán avanzar debido a la posibilidad de la introducción de nuevas sanciones por parte de EEUU. Washington tratará de relacionarlas con las restricciones impuestas a Irán", considera Román Parshin, director general de Forum, compañía rusa especializada en inversiones.
Según su opinión, en caso de que Europa adopte un paquete parecido de medidas restrictivas, esto puede dañar seriamente a la concesión de créditos para los proyectos transfronterizos. De esa manera, quedarán estrangulados los planes de los socios europeos de Gazprom en cuanto al financiamiento.
Reanudar el gasoducto South Stream, en el que Gazprom ha gastado 130.000 millones de dólares, carece de sentido. Y es todavía más absurdo si se tiene en cuenta que el proyecto Turkish Stream recibió todos los fondos originalmente destinados a South Stream una vez que este último cerró.
Además, el proyecto del South Stream y el del Nord Stream fueron inicialmente intercambiables. Es decir, nadie ha planeado construir dos gasoductos a la vez, afirma el especialista Alexandr Sobkó.
"Si el volumen principal de gas [retirado del tránsito ucraniano] se trasladara a Europa a través del Nord Stream 2, en tales circunstancias el South Stream podría contar solo con un pequeño volumen de suministros. Paralelamente, la construcción de un gasoducto de poca potencia en las condiciones de Europa del Sur, donde existen ciertos problemas de infraestructura, sería muy costosa", aclaró Sobkó, citado por el portal ruso Lenta.