El 'bum' de construcción de infraestructuras, encabezado por el puente de Crimea y experimentado en toda Rusia, alcanzó la región del Báltico.
El 17 de junio, se reveló la decisión del Gobierno del país de establecer la comunicación regular con ferris entre los puertos de Ust-Lug, en la región de San Petersburgo, y Baltisk, en la región de Kaliningrado.
En el caso lituano, sería su fuerte crítica del proyecto de la central nuclear de Rosatom en Bielorrusia y los llamados a aumentar la presencia militar de la OTAN en las fronteras rusas.
El medio señala que Estonia y Letonia, por su parte, ya 'gozan' de una disminución del tránsito ruso mientras Lituania quedó 'protegida' de las drásticas decisiones por su alta importancia para los suministros al enclave ruso.
No obstante, la decisión del Gobierno eslavo marca un cambio considerable del statu quo: aunque la modernización de los puertos y la construcción de los ferris requerirán inversiones notables, Moscú parece haber tomado la decisión de principio de solucionar este problema 'una vez y para siempre', opina Vzglyad.
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