De acuerdo con las informaciones del Ministerio del Interior galo, con el 97% de los votos escrutados, La República en Marcha reúne un 43% de los apoyos y 300 curules, y sus aliados de MoDem, un 6% y 41 asientos.
El Partido Comunista se afianzó 10 asientos y el Frente Nacional de Marine Le Pen, ocho.
De esta manera, los electores franceses de hecho le dieron luz verde a Macron para realizar las reformas que había prometido durante su campaña electoral.
Mientras, su rival en las presidenciales, Marine Le Pen, por primera vez logró un escaño en la Asamblea Nacional y ya ha dicho que su partido es "la única manera de hacer frente a la debilitación de Francia" que, en su opinión, traerá la formación de Macron.
Según el Ministerio del Interior, la participación de los electores en la segunda ronda se situó en un 43%, por debajo incluso de la registrada en la primera hace una semana (un 49%), algo que los expertos atribuyen a que los franceses están desilusionados con las élites políticas y, además, al resultado previsible de los comicios, pues la victoria del movimiento de Macron se había dado por cierta ya antes de que abrieran los colegios.
En opinión del senador ruso Vladímir Yabárov, primer vicepresidente del comité internacional de la Cámara Alta, al afianzarse la mayoría en la Asamblea Nacional, Macron "podrá conseguir la aprobación por el Parlamento de todas sus iniciativas legislativas", algo que "hace mucho que no se observa en la historia de la República Francesa", dijo el legislador a Sputnik.
A su vez, el senador Konstantín Kosachov, presidente del citado comité, considera que con la victoria de los partidarios de Macron todo solo acaba de empezar, pues la principal incógnita ahora es cómo implementará su programa electoral que, en opinión de Kosachov, es "bastante amorfo y en cierta medida, populista".
Además, se mantiene el problema de la migración, y existen bastantes discrepancias dentro de la Unión Europea, sin olvidar también de las crisis en Oriente Medio y las relaciones con Rusia y EEUU.
"La época de las promesas electorales del surgido de la nada movimiento y ahora partido parlamentario La República en Marcha ya quedó en el pasado", sentenció Kosachov.
A su juicio, ahora todo depende sobre todo del propio Macron que "tiene que demostrar que sus victorias se deben no solo a las decepciones anteriores sino también en la posibilidad de llenar las esperanzas de los electores franceses", concluyó el senador ruso.