La mayoría de las preguntas se hicieron en forma directa a través de videoconferencias, redes sociales, así como vía telefónica, y se centraron en los asuntos internos de Rusia.
Pero hubo también preguntas referentes a la problemática internacional. En este sentido, se puede mencionar una llamada telefónica desde Ucrania, cuyo autor, habitante de Kiev, pidió al mandatario ruso que comente las palabras groseras sobre Rusia y su líder que en más de una ocasión pronunció el presidente ucraniano, Petró Poroshenko.
Vladímir Putin se negó a responder al presidente ucraniano, argumentando que actuar de la misma manera significaría ofender a todos los ucranianos, a los cuales volvió a calificar como "un pueblo hermano".
La respuesta de Putin es una excelente lección de diplomacia, coinciden varios analistas, entre ellos David Romero Díaz, quien, asimismo, dijo a Radio Sputnik que el presidente ruso volvió a demostrar que "está cumpliendo escrupulosamente el principio de no injerencia en asuntos de terceros países, consagrado en la Carta de Naciones Unidas".
No obstante, Putin expuso algunos criterios sobre la actuación de las autoridades de Ucrania. En particular, se mostró crítico con que Kiev esté destruyendo los lazos con Rusia, en el marco de sus aspiraciones de convertirse en un nuevo miembro de la Unión Europea, argumentando que ello afecta gravemente a los ciudadanos de esa antigua república soviética.
En este sentido, el mandatario indicó que el salario medio en Ucrania se redujo casi a la mitad y ronda actualmente unos 250 dólares al mes. Lo mismo ocurrió con las pensiones. Al mismo tiempo, las tarifas de agua crecieron un 200%, y las de gas se triplicaron.
Putin también volvió a repetir que la estabilización de Ucrania sería posible mediante la federalización del país.
En tanto, sus autoridades hacen justamente lo contrario, constató David Romero Díaz, al pronosticar que la política de centralización que está llevando a cabo el Gobierno de Kiev, en particular imponiendo "un modelo lingüístico y un modelo religioso", podría "aumentar las tensiones interétnicas e interreligiosas en Ucrania".
Durante la rueda de prensa, Vladímir Putin también fue preguntado sobre el estado actual y las perspectivas de las relaciones entre Rusia y EEUU. El presidente ruso dejó claro que Moscú está abierta al diálogo y la cooperación con Washington. Lo que pasa es que en EEUU no faltan quienes están haciendo todo para enemistar a ambas naciones y presentar a Rusia como una amenaza, algo que se debe, en parte, a la lucha política interna del país norteamericano, sostuvo Putin, quien insistió en la importancia de la cooperación bilateral para la estabilidad internacional.
El analista David Romero Díaz expresó la esperanza de que el presidente de EEUU, Donald Trump, tome en cuenta estas palabras y se sume a la estrategia de Rusia para arreglar la crisis siria, que consiste en intentar propiciar el diálogo entre el Gobierno de Bashar Asad y "aquellos grupos que son moderados", y "acabar con los grupos terroristas que están cometiendo un verdadero genocidio en la zona".
