"Tener que salir de Cuba en 1960 tras el deterioro de los vínculos entre ambos países y la presión de las autoridades norteamericanas lo entristeció hasta la depresión, y si viviera creo que rechazaría que se reviertan los avances aprobados por el Gobierno de Barack Obama", dijo a Sputnik en el hotel Ambos Mundos la conferencista principal de la jornada inaugural del encuentro.
El destino final de Hemingway, señaló, "quizás no sería tan trágico si hubiera permanecido aquí entre los pescadores de Cojímar (pueblito costero del noreste de La Habana) y las personas humildes de los alrededores de su finca La Vigía, en San Francisco de Paula, donde podía vivir como un cubano sato (sencillo), como él mismo dijo en español a la televisión al aceptar el Nobel"
Lea también: Experto: Trump cae en su propia trampa al querer revertir política hacia Cuba
Hemingway contrató días después a la joven periodista para que le acompañara como secretaria y tomara notas en un viaje que realizó junto a su cuarta esposa, Mary, y unos amigos a las fiestas de San Fermín, en Pamplona, y posteriormente a Bilbao, otra ciudad de tradición taurina, Francia y La Habana.
"En Cuba prefería estar entre la gente humilde —describió Valerie— y por eso vivió durante largas temporadas entre 1928 y 1939 en la habitación 511 de este hotel, en La Habana Vieja, y después, en 1939, decidió radicarse por 21 años en San Francisco de Paula, en lugar de las zonas aristocráticas de la capital cubana".
Al recordar que convivió con los Hemingway hasta finales de 1960 en Cuba, donde pasó a máquina el manuscrito final de 'París era una fiesta', la biógrafa del creador de 'Por quién doblan las campanas', precisó que se separaron definitivamente en Madrid, desde donde ella partió hacia Dublin y el escritor hacia su casa en Ketchum, Estados Unidos.
Lea más: Hemingway en Cuba: La primera película hecha en la isla en más de medio siglo
En relación con el coloquio, cómo se conserva la habitación que ocupó Hemingway en el Ambos Mundos, la Finca La Vigía, su yate El Pilar, el torneo de pesca de la aguja que lleva su nombre y el monumento erigido en Cojímar, el primero que se le dedicó en el mundo, Valerie expresó a Sputnik que resulta emocionante apreciar cómo los cubanos aman al escritor norteamericano.
"Más de 50 años después de su partida, estos debates y recorrer sitios como la habitación 511 del Ambos Mundos, los restaurantes La Bodeguita del Medio, el Floridita y Cojímar, y ver que allí se honra a ese gran amigo de Cuba, me permite afirmar que Hemingway camina cada día por La Habana", concluyó la última secretaria de Hemingway.