Las personas que hayan trabajado en más de un país dependen de la existencia de por lo menos un acuerdo bilateral para contabilizar los años de contribución en el territorio extranjero. Sin embargo, en tiempos en que las fronteras están cada vez más integradas, el trámite puede ser un tanto complicado. Luego de asentada la libre circulación de personas entre los Estados miembros de la Unión Europea (UE), el único bloque que también apostó a la amplia integración de los aportes a la previsión social de sus ciudadanos fue el Mercosur, según la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS).
"Lógicamente España y Portugal ya tienen la experiencia de la UE, pero hay países como Bolivia y El Salvador que prácticamente no tenían ni siquiera algún convenio bilateral. Están incorporando esa disciplina de cero y lo están haciendo muy bien, con mucho interés", observó.
"Lo que el convenio permite es sumar esas cotizaciones para que los dos países tengan en cuenta la totalidad de los períodos de aportación en ambos. España consideraría los 10 años aportados en España y los 25 de Uruguay, calcularía la pensión que le correspondería como si hubiera cotizado 35 años en España, pero no le va a pagar eso sino lo proporcional a los 10 años que efectivamente aportó en España sobre los 35 totales. Por su parte, Uruguay haría lo mismo", agregó.
En el marco del convenio iberoamericano, más de 20.000 trámites se han procesado desde su entrada en vigor en 2011. El número puede sonar poco considerando la cantidad de países, sin embargo, se trata de una instancia que todavía se está ajustando a la realidad de cada nación, por lo que anualmente se llevan a cabo cursos de capacitación para que los Estados signatarios se actualicen en la materia.
"El principal problema es siempre el retraso. Se tarda mucho tiempo porque un país tiene que solicitar la información a otro país o incluso a más de uno, algo que suele atrasar mucho el trámite. El convenio del Mercosur ya desde hace tiempo está operando un sistema de transmisión electrónica de datos entre los países miembro. Estamos acompañando esa innovación e intentando trasladarla al convenio iberoamericano. Actualmente estamos probando un sistema parecido que ya está en actividad en seis países, con el fin de adelantar el trámite", observó.
En todo caso, Jacob sugirió que las personas guarden las certificaciones que permitan comprobar sus aportes a la seguridad social en trabajos realizados en el exterior. "Si bien el trabajador no tiene que hacer nada hasta que llega el momento de solicitar la prestación, también está bueno que de alguna manera vaya documentando su vida laboral para que eso permita adelantar el trámite en el futuro. No tiene que hacerlo, pero puede ayudar", opinó el español.
"Hasta que llegue el día de solicitar la prestación, un joven, por ejemplo, no va a notar los efectos del convenio. En las mejores circunstancias llevará muchos años y será en el momento de la jubilación, pero también puede ser en cualquier momento, si tiene un accidente, si adquiere una incapacidad o si fallece y su familia tiene que encargarse. En el momento en el que se produce el hecho que determina la prestación es cuando el convenio entra en juego", recalcó el directivo.
De los 15 países signatarios del convenio iberoamericano, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela todavía no ratificaron el texto. Otros siete países de la comunidad, como México, Cuba y Honduras no lo han firmado. "Hemos tenido peticiones de países europeos, como Alemania y Austria, interesados en sumarse al convenio iberoamericano. Pero eso implicaría abrirlo a naciones que no sean de la comunidad y que no hablan español o portugués. Obviamente, en un futuro, lo ideal sería ampliarlo a nivel global", concluyó Jacob.