El 15 de junio, durante su tradicional 'línea directa' con la población, el mandatario ruso atribuyó la rusofobia que vive Estados Unidos a la enconada lucha política interna en ese país.
"Estoy de acuerdo con el presidente (Vladímir) Putin de que tenemos una desenfrenada rusofobia", dijo Rasmussen a Sputnik.
El actual brote de rechazo, afirmó, lo impulsan ciertas estructuras políticas y los medios dominantes aunque muchos políticos norteamericanos aún tengan la mentalidad de la guerra fría.
Lamentó también que "la gente que intenta ser más objetiva y oponerse a la rusofobia a menudo es atacada y etiquetada de agentes rusos".
El experto sostuvo que la amenaza a la democracia estadounidense no emana de Rusia o de otro país, sino del propio Estados Unidos.
"La situación evoluciona de forma muy peligrosa", apostilló.