Esto supondría casi el 20% de la producción mundial total y más de la mitad de la producción petrolera de la OPEP, explica en su artículo el director del Instituto de investigación de conflictos en el mercado de materias primas, Maxim Averbuj.
Según sus cálculos, ante este escenario, el precio del barril superaría la barrera de los 100 dólares y los países de Oriente Próximo comenzarían a utilizar sus reservas de petróleo para no tener que comprar, algo con lo que solo podrían contar durante ocho meses. Un conflicto bélico de estas dimensiones no finalizaría tan pronto, explica Averbuj, por lo que las potencias extranjeras no se quedarían al margen.
"Lo más probable es que las potencias mundiales no esperen a que se agoten las reservas de petróleo y de sus derivados y, de alguna forma, hagan que el conflicto finalice antes de que eso ocurra, de la misma forma que Estados Unidos terminó con la guerra entre Irán e Irak, primero llevando a su flota hasta el golfo Pérsico para que custodiase los tanques petrolíferos y, más tarde, asestando un golpe a las bases iraníes en las que estaban asentadas las fuerzas responsables de acabar con esos depósitos", explica Averbuj.
Sin embargo, según el analista, lo más probable es que las potencias mundiales no esperen a que se agoten las reservas de petróleo y sus derivados y, de alguna manera, terminen la guerra antes.
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Durante los pocos meses que dure la guerra, la capacidad productora de petróleo de los participantes será destruida, pero en Estados Unidos, al contrario, la producción y las exportaciones aumentarán.
"EEUU ya se ha preocupado con suficiente antelación de asegurarse su propia autosuficiencia petrolera y de enriquecerse con su exportación: cuando los precios estén por los cielos, la extracción de petróleo de esquisto saldrá muy a cuenta y no habrá motivos para que los estadounidenses terminen con ningún conflicto en Oriente Próximo". Así valora la situación el medio ruso Ridus.
Puesto que EEUU no se verá afectado por un conflicto en la zona, sino que se enriquecerá mediante la exportación de crudo, los únicos que saldrán perdiendo serán China y Europa, ya que se verán obligados a comprar combustible a precios exorbitados durante un tiempo.
Maxim Averbuj asegura que tanto Irán como Arabia Saudí son conscientes de las consecuencias de un conflicto de estas características.
El 5 de junio, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Yemen, Libia, Emiratos Árabes Unidos y las Maldivas anunciaron que rompían relaciones diplomáticas con Catar. El conflicto entre Doha y el resto de países de la región podría destrozar el mercado de hidrocarburos.