Washington expresó su intención de reforzar el control sobre las inversiones chinas en Silicon Valley —el famoso centro tecnológico de EEUU— con el fin de proteger sus propias tecnologías críticas. Los desarrollos en el campo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático son la principal causa de preocupación del país norteamericano.
De esta manera, el Senado está trabajando en una ley que proporcionaría al Comité de Inversiones Extranjeras de EEUU (CFIUS) más facultades para bloquear las inversiones tecnológicas del extranjero.
A juicio de Andréi Masalovich, experto ruso en inteligencia competitiva, Washington debería haberse dado cuenta de que ya hace 20 años Pekín aspira a dominar el espacio cibernético. Por el momento, el gigante asiático está implementando los planes elaborados hace mucho tiempo, y nada podría "desviarle de este camino".
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Asimismo, el experto explicó por qué el principal punto de confrontación entre los dos países tiene que ver con redes neuronales de gran tamaño: el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Según indicó, algunos de los avances en esta esfera pueden utilizarse con éxito en el sector militar, sobre todo en la orientación automática de objetivos.
"Y si se hace bien, queda solo un paso para que el fusil del francotirador apriete el gatillo por su propia cuenta. La persona solo tiene que dar la orden", profundizó Masalovich.
EEUU se da cuenta de que quien pueda "dar este último paso hacia un armamento casi totalmente automático", ganará esta lucha entre las dos potencias. No obstante, prosiguió el experto, no solo se trata de armas tácticas, sino también de las de destrucción masiva y de todo tipo de control de batalla.
"China está resolviendo un conjunto de tareas en esta área y, posiblemente, tiene la intención de reclamar el título de nuevo líder mundial y no solo de uno de los jugadores", apuntó.
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EEUU, por su parte, no quiere ver una China tecnológicamente avanzada y podría tomar medidas reales para prevenirlo. Así, en el marco de su campaña electoral, el presidente Donald Trump prometió "poner orden en las relaciones comerciales con China" además de "ejercer presión" sobre el país. Por lo tanto, no se puede descartar que se tomen algunas medidas de carácter imitativo.
"Esta motivación (…) puede ser decisiva, pero la motivación de contención de China no apareció durante la presidencia de Trump, y tampoco desaparecerá después de la presidencia de Trump. A EEUU le cuesta mucho darse cuenta de que está perdiendo irrevocablemente el papel de líder mundial", subrayó Lomanov.
Pese a que las tecnologías clave de China están todavía en desarrollo, su ritmo en esta área es muy elevado, por lo que Washington utiliza el problema de la seguridad nacional como un pretexto y limita las inversiones chinas en Silicon Valley.
En realidad, la cooperación entre Pekín y las empresas de Silicon Valley ya está en pleno desarrollo, mientras los socios estadounidenses también salen en el mercado chino, detalló.
"EEUU, como país desarrollado, está experimentando una fuerte presión al enfrentarse a una situación similar", concluyó Chen.