"Hoy día, el efecto destructivo del terrorismo apoyado por Arabia Saudí y EEUU, así como por varios países de la región, se ve en Iraq, Siria, Afganistán, Yemen y algunos países europeos", dijo.
El politólogo Ali Reza Rezakhah opina que los servicios de inteligencia estadounidenses hacen caso omiso de la situación y fomentan a Daesh a través de reclutados saudíes.
"Hay un vínculo directo entre Arabia Saudí y el grupo terrorista que actúa en la región. (…) Ello se revela en la ideología extremista de Daesh. Y es curioso notar que este extremismo es la ideología oficial religiosa de Arabia Saudí, que trata de difundir fuera del mundo islámico. Por otro lado, Arabia Saudí es el instrumento con el que EEUU realiza sus propósitos ambiciosos, por ejemplo, de engendrar y apoyar a terroristas en diferentes partes del mundo", manifestó.
Según Rezakhah, "ser titiritero de grupos terroristas forma parte de la estrategia de seguridad nacional que EEUU realiza desde hace tiempo".
El politólogo iraní agregó que en este caso Riad desempeña el papel de fuente que "da vida a terroristas".
Además, Rezakhah explicó que Washington maneja a Daesh en el marco de la así llamada operación 'Nido de avispas'.
"Para los estadounidenses este juego es importante por dos motivos: porque hacen enfrentar en Oriente Medio a los países islámicos, creando un caos, y se quitan la amenaza que representan estos reclutados para el propio EEUU. Tratan de expulsarlos del país", manifestó.
Mojtaba Jalalzadeh, experto de la Universidad de Azad en Teherán, destacó que Daesh representa una amenaza no solo para Irán y Oriente Medio sino que se convierte en un problema para Europa.
Según Jalalzadeh, los servicios de inteligencia de EEUU "están bien al tanto de que el 'padrino' de todos los terroristas es el clan gobernante de Arabia Saudí".
"Pero cierran los ojos a todo, incluidos los ataques en París, Londres, en otros lugares de Europa. Sin embargo, EEUU apoya a Arabia Saudí y el motivo es el provecho económico que persigue Trump", concluyó.
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El 7 de junio, cuatro personas armadas abrieron fuego en la sede del Parlamento iraní en Teherán.
Otro comando terrorista atacó el mausoleo del imán Ruholá Jomeiní, fundador de la República Islámica de Irán. Seis atacantes fueron abatidos y una mujer, según algunos medios iraníes, fue capturada.
Ambos ataques fueron reivindicados por el grupo terrorista Daesh o autodenominado Estado Islámico, proscrito en muchos países, incluida Rusia.
El doble ataque, que se saldó con 17 muertos y 43 heridos, es el único que Daesh ha conseguido perpetrar en suelo iraní.