Durante su investigación, el centro calculó la cantidad de bombas que habían sido lanzadas por cada avión que el país norteamericano utilizó en su lucha contra Daesh —organización terrorista, proscrita en Rusia y otros países— desde 2014.
Todos estos aparatos empezaron a utilizarse en el siglo pasado o a inicios del siglo XXI. Con todo eso, el F-15 y el A-10 están activos desde hace más de 40 años.
No obstante, estas aeronaves no son las únicas que Washington probó en las operaciones contra Daesh. El país norteamericano también utilizó su caza F-22 Raptor y drones MQ-1 Predator y MQ-9 Reaper, pero estos aparatos lanzaron un menor número de proyectiles en las operaciones contra los terroristas.
Estas aeronaves entraron en servicio en EEUU a inicios del siglo XXI, posteriormente a los demás aviones citados en el estudio.
La capitán estadounidense Kathleen Atanasoff destacó al portal Business Insider que el uso de diferentes aeronaves en los combates lanzados contra Daesh depende de factores como el teatro de guerra, el tipo de misiones y de artillería.
Por su parte, los medios rusos destacan que Rusia eligió otro camino para luchar contra los terroristas en Oriente Próximo, particularmente en Siria, al decidir usar en combates sus armas más novedosas entre las cuales de destacan los cazas Su-35S, Su-34 y Su-24.
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