El accidente tuvo lugar en el condado de Constanza, entre las localidades de Culmea y Nazarcea, a unos ocho kilómetros de la base militar Mihail Kogalniceanu.
Según la información preliminar, el piloto se habría eyectado antes de que la aeronave impactara en el suelo.
Los médicos que llegaron a la escena dijeron que era consciente, pero sufrió una lesión en la columna lumbar.
Representantes del centro médico dicen que el director del hospital hará declaraciones públicas sobre su estado después de haber hecho la primera investigación.
El Ministerio de Defensa rumano aclaró más tarde que el avión realizaba un vuelo de entrenamiento en el marco del ejercicio Thracian Eagle 2017, que se desarrolla conjuntamente con la Fuerza Aérea de Bulgaria.
Cuando el MiG-21 estaba regresando a la base Mihail Kogalniceanu, el piloto informó de un fallo grave en el motor, después de lo cual se lanzó en paracaídas.
El departamento militar anunció que abrirá una investigación para esclarecer todas las circunstancias.
La Fuerza Aérea de Rumanía opera con los cazas interceptores MiG-21 Lancer, versión modernizada en cooperación con la empresa israelí Elbit.