Enrico Piovesana, periodista, experto en defensa y asuntos internacionales y cofundador del proyecto Milex (Observatorio de los gastos militares italianos), analiza la situación actual en una entrevista a Sputnik.
"El criterio cuantitativo de gastar más, ofrecido por la OTAN y EEUU es absolutamente contraproducente. Grecia gasta más del 2% del PIB pero sabemos perfectamente en que situación económica se encuentra. El problema es cómo se gasta el dinero para la defensa y en el caso de Italia se ven grandes desequilibrios".
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Según el experto, una parte considerable del presupuesto, el 60%, o sea 12.000 millones de euros al año, "se destinan al salario del personal, y hay un número excesivo de personal, en particular, hay más oficiales que soldados".
Entre otros gastos desequilibrados, según sus palabras, figura la compra de armamento. Se trata del 28% de la suma total.
"Es superior a la media europea que se estima en un 20% y de EEUU con un 25%. Se compra armamento, por ejemplo los F-35 por el valor de unos 14.000 millones y eso ya sin hablar de cuánto cuesta su mantenimiento. Luego, podemos citar la nueva flota naval de unos 5.400 millones de euros, o los 800 nuevos tanques que se están comprando por 5.000 millones", reveló.
"Son armamentos que no corresponden a las exigencias operativas sino a los intereses de los grupos de presión industriales militares extranjeros. En el caso de los F-35 se trata de Lockheed Martin e BAE Systems. (…) Es ridículo el gasto por valor de miles de millones en aviones y tanques y luego no gastar nada para proteger los sistemas informáticos de ataques de hackers. Es como comprar una bonita villa y ni siquiera poner una puerta, dejando el paso abierto a todos. Es algo que no tiene sentido. Es estratégicamente absurdo", recalcó.
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La OTAN exige a sus miembros que paguen más para alcanzar la norma establecida del 2% del PIB, lo que quiere decir que este año Italia también volverá a aumentar sus gastos militares. Pero según Piovesana, es un "acuerdo político informal y no es vinculante en absoluto".
Piovesana constató que Italia "siempre sigue el camino que le dice la OTAN".
"En el país no hay un poder político que se oponga a las decisiones de la Alianza Atlántica. (…) El problema no es tanto de Italia, que a nivel gubernamental no está en contra de Rusia y lo ha demostrado en muchas ocasiones. El problema es de la OTAN que se dirige agresivamente a las fronteras de Rusia", precisó.`
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En este sentido "se ve la doble cara de Italia": a nivel económico y comercial es uno de los países de la OTAN más 'suaves' hacia Rusia pero cuando le exigen enviar tropas a los países bálticos en una misión antirrusa, "lo hace", concluyó el experto.