"Estados Unidos no va a tener en cuenta el plebiscito, ya ignoraron el último en 2012 y votó gran parte de la población; ahora se estima que no van a votar ni 300.000 personas", señaló Farinacci, profesor de derecho en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
La isla caribeña celebra por quinta vez una consulta popular para decidir su estatus político, ya que en 1967, 1993, 1998 y 2012 también hubo plebiscitos no vinculantes.
El abogado consideró que la consulta del domingo solo tendrá peso político y aseguró que no existe ánimo de celebración en el país.
"Para este plebiscito en Puerto Rico no hay nada y (hay que tener en cuenta que) es un país de mucho proselitismo, solo hay algunos pasquines en los postes, el entusiasmo está en el piso, incluso entre los propios miembros del gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP)", añadió.
Ese descontento en el PNP, continuó, se debe a que la oposición llamó a boicotear la consulta del domingo después de que el Departamento de Justicia de EEUU obligara al Gobierno de la isla a incluir el estatus actual (estado libre asociado) entre las opciones que figuran en la papeleta del plebiscito, que originalmente solo contenía dos opciones: estadidad y libre asociación/independencia.
"El llamado al boicot por parte de todos los sectores opositores ha llevado a una crisis de movilización dentro del propio partido gobernante", impulsor de la consulta, explicó Farinacci a esta agencia.
La isla caribeña atraviesa una grave crisis económica y financiera, con una deuda pública que alcanza los 70.000 millones de dólares, y en los últimos 10 años el país ha perdido medio millón de habitantes debido a una emigración constante hacia Estados Unidos.
"Las medidas de austeridad neoliberales, los recortes a derechos laborales y pensiones, han generado una crisis estructural grande y un descontento con el Gobierno actual que ha impulsado esas medidas", aseguró Farinacci.
Pese a esos problemas, el secretario general del PNP, Rafael Rivera, dijo días atrás a Sputnik que es un buen momento para celebrar la consulta y señaló que "al menos medio millón de electores" de su partido votarán el domingo.
Debate polémico
El debate sobre el estatus político de Puerto siempre ha generado tensiones, aclaró Farinacci, ya que una parte de la población considera que aún es un problema por resolver y otra apoya el statu quo y por tanto considera que no hay nada que consultar.
El sector que apoya el actual estatus, de estado libre asociado, asegura que esa fórmula es "superior y diferente" a la de territorio clásico colonial que tuvo el país desde 1898 a 1952, explicó el abogado.
Sin embargo, Farinacci asegura que el statu quo "está altamente debilitado y que son pocas voces las que verdaderamente lo defienden" y además, añade, el bipartidismo que ha dominado el país durante los últimos 40 años ha perdido fuerza.
El gobernador Ricardo Rosselló, del PNP, ganó las elecciones en 2016 con el 41,7 por ciento de los votos, mientras que el representante del Partido Popular Democrático, David Bernier, obtuvo un 38,9 por ciento de los apoyos.
El partido vencedor de las elecciones suele ganar con un porcentaje mayor, indicó Farinacci.
Puerto Rico, que desde 1952 es un Estado Libre Asociado de EEUU, no goza de los mismos derechos y deberes de los demás estados estadounidenses, pero está subordinado en una variedad de asuntos a Washington.
Puerto Rico está sometido a la cláusula territorial de la Constitución estadounidense que considera a la isla como territorio que pertenece a Estados Unidos, pero que no forma de él.
Esto permite al Congreso de Estados Unidos determinar qué porciones de su Carta Magna se aplican a Puerto Rico.
Estados Unidos no tiene ninguna obligación de aceptar el resultado del plebiscito del domingo si contraviene sus intereses.