"Hay indicios de que las operaciones generaron ventajas indebidas en el mercado de capitales en un contexto en el que casi todos los inversores tuvieron prejuicios financieros", informó la Policía Federal en un comunicado.
A mediados de mayo salió a la luz la grabación realizada por uno de los dueños de JBS, Joesley Batista, que dejaba entrever que el presidente del Gobierno Michel Temer autorizó entrega de sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, preso por corrupción.
Esto abrió una crisis política que generó pánico en el mercado financiero e hizo caer más de un 10% la Bolsa de São Paulo; el real (moneda brasileña) se desvalorizó rápidamente y a consecuencia el dólar aumentó su valor un 8,6%.
Según la policía, los investigados por estas maniobras podrían ser castigados con "penas de un año a cinco de reclusión y una multa de tres veces el valor de la cantidad ilícita obtenida".
A pesar de la investigación policial los dueños del grupo JBS, los hermanos Joesley y Wesley Batista, no corren riesgo de ser detenidos, ya que firmaron un acuerdo de colaboración con la Justicia a cambio de revelar informaciones pueden continuar en libertad.
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La actual crisis política que vive Brasil se agravó tras las revelaciones de los directivos de JBS, que además de acusar a Temer de estar al corriente de las irregularidades confesaron ante la Justicia que durante los últimos años entregaron sobornos a más de 1.800 políticos de prácticamente todos los partidos.