"No renunciaré, repito; no renunciaré", dijo de forma tajante el presidente en su primera aparición pública tras ser acusado de haber autorizado sobornos.
A partir de ese momento los acontecimientos se desencadenaron rápidamente y la fuerte caída de la Bolsa registrada a primera hora de la mañana de este jueves fue el principal aviso de lo que estaba por llegar.
El índice Bovespa de la Bolsa de São Paulo cayó casi un diez por ciento y debido a la fuerte inestabilidad de los mercados la Bolsa bloqueó las cotizaciones durante casi media hora, algo que no ocurría en Brasil desde la crisis financiera mundial de 2008.
Neves aparecía en una de las grabaciones pidiendo dinero ilícito a los dueños de JBS; en cuestión de horas su carrera política fue fulminada.
El Tribunal Supremo Federal le apartó de su cargo como senador, su partido le expulsó de la presidencia y mientras tanto la policía detenía en Belo Horizonte (sureste del país) a su hermana y a su primo, acusados de ayudarle en sus maniobras corruptas.
En el Congreso Nacional el partido opositor Rede registró diversas peticiones de 'impeachment' (juicio político) para apartar al presidente del cargo.
La comparecencia de Temer fue el momento más esperado del día y hasta el último minuto hubo rumores de que iba a presentar su dimisión.
Sin embargo, el presidente no lo hizo, argumentando que no se puede "tirar a la basura" todo lo hecho hasta ahora, en referencia a las reformas económicas que en su opinión están posibilitando la salida de Brasil de la crisis financiera.
Ante la situación actual si Temer cae —porque dimite o porque el Supremo le aparta— el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (Demócratas) asumiría la presidencia de forma provisional durante 30 días.
Después, convocaría una elección indirecta: los congresistas elegirían al sustituto de Temer, que gobernaría el país hasta las elecciones generales previstas para octubre de 2018.