La víspera se supo que los cataríes están negociando con Irán y Turquía el suministro de alimentos y agua potable tras la ruptura de los vínculos diplomáticos y comerciales con sus proveedores tradicionales.
Catar fue excluido también de la coalición multinacional liderada por Riad que interviene en el conflicto de Yemen desde marzo de 2015.
Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, islas Maldivas y Comoras, así como Mauritania.
También Jordania decidió rebajar el rango de las relaciones diplomáticas con Catar retirando a su embajador.
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Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
El Ministerio de Exteriores de Catar afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes dieron poco crédito a la explicación.
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Varias fuentes citadas por el diario británico Financial Times dieron a entender que la gota que colmó la paciencia de Arabia Saudí fue el pago de un rescate de mil millones de dólares a funcionarios de seguridad iraníes y a un grupo afiliado a la red terrorista Al Qaeda para liberar a 26 miembros de la familia real catarí secuestrados mientras cazaban con halcones en el sur de Irak.