Catar actuó como el patrocinador más grande de este enclave y como asilo principal para los emigrantes de Hamás, incluido el exjefe de su Buró Político, Khaled Mashaal, al mismo tiempo para los islamistas importan mucho sus relaciones con el campo opuesto, especialmente con Egipto, que controla la frontera sur de la Franja de Gaza.
"Hamás se ha visto entre la espada y la pared, necesita a Catar como aliado estratégico y financiero en la región pero en el mismo grado le importan las relaciones con Egipto para lograr la disminución o el levantamiento del bloqueo de la Franja de Gaza", señaló el politólogo.
A Catar le imputan también el patrocinio de la asociación panárabe Los Hermanos Musulmanes (HHMM) que tiene lazos históricos con Hamás.
"Surgirán dificultades para los nuevos dirigentes de Hamás que se encuentran en Egipto actualmente y tendrán que elegir, por lo visto, entre dos campos, aunque intentarán maniobrar sin duda para tener la máxima libertad de acción", señaló.
El 4 de junio a El Cairo se dirigió una delegación de Hamás encabezada por el nuevo jefe de la administración de la Franja de Gaza, Yahya Sanwar.
Se cree que Catar invirtió unos 450 millones de dólares en la economía de la Franja de Gaza durante los últimos años.
Expertos del enclave no descartan que buscando normalización con sus vecinos Catar pueda disminuir su apoyo a los islamistas palestinos o empiece a insistir en su transformación ideológica.
Viene a confirmar esta suposición la noticia de que al menos dos activistas de Hamás abandonaron estos días Doha a insistencia de las autoridades locales.
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Hace un mes en la capital qatarí fue presentado un nuevo programa de Hamás, del que desaparecieron el llamamiento a destruir a Israel y también el párrafo sobre estrechos vínculos con los Hermanos Musulmanes.