Varios comandantes de grupos armados y funcionarios cataríes comunicaron que Doha pagó 1.000 millones de dólares por la liberación de 26 miembros de la familia real que fueron secuestrados por los yihadistas en el sur de Irak.
En diciembre de 2015, varias personas armadas en uniforme militar secuestraron en el desierto de la Gobernación iraquí de Nayaf a un grupo de cazadores cataríes.
En aquel entonces, una fuente en la Policía iraquí declaró a Sputnik que entre los rehenes se encontraban varios miembros de la familia real de Catar.
Posteriormente, los cazadores fueron entregados al embajador de Catar en Irak.
El 5 de junio, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia, Yemen y otros países rompieron relaciones diplomáticas con Catar y acusaron a Doha de apoyar a organizaciones terroristas y desestabilizar la situación en Oriente Próximo.
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