Por su parte, un representante de las Fuerzas Estratégicas del Ejército de Corea del Norte declaró, en una entrevista con la agencia de noticias KCNA, que el ensayo realizado por EEUU constituía "una peligrosa provocación".
"Los imperialistas estadounidenses llevaron a cabo una prueba que simulaba la interceptación de un misil intercontinental balístico norcoreano en la base de Vandenberg, ubicada en California, y esta es una peligrosa provocación militar", indicó.
El representante del Ejército norcoreano también subrayó que el ensayo "muestra que los preparativos de EEUU para una guerra nuclear han llegado a su fase final".
Corea del Norte también amenazó a EEUU con "reducir el país a cenizas" en caso de que la Administración Trump acelere el "problema más grave de la historia", en referencia al conflicto entre las dos naciones. Según este militar, EEUU no debe ocultar su desesperación, puesto que ya se encuentra en un callejón sin salida.
Estas polémicas declaraciones se produjeron tras una serie de acusaciones entre Pyongyang y Washington, en un contexto de aumento de las tensiones tras las pruebas de misiles por parte de Corea del Norte.
Anteriormente, el presidente de EEUU, Donald Trump, envió una agrupación naval hacia las costas coreanas y Pyongyang prometió por su parte hundir el portaviones US Ronald Reagan, así como llevar a cabo una serie de "ataques preventivos" contra las bases estadounidenses ubicadas en Japón, Corea del Sur y EEUU.
El sistema de misiles interceptores de EEUU, el GMD, está diseñado para interceptar misiles balísticos y unidades de combate fuera de la atmósfera terrestre. Actualmente, Washington tiene 30 sistemas antimisiles de este tipo desplegados en Alaska y California, además, se espera el despliegue de 15 sistemas más a lo largo de 2017.