Cada año, 7 millones de personas mueren a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo del Día Mundial sin Tabaco. Este producto llega a matar hasta la mitad de sus consumidores. Dentro de las fatalidades provocadas por el cigarrillo, se encuentran casi 900.000 fumadores pasivos.
"El consumo de tabaco aumenta el riesgo de casi cincuenta tipos de enfermedades de distinta índole. Pero la mayoría de las personas que fallece por el tabaco es debido a enfermedades cardiovasculares", explicó a Sputnik el cardiólogo uruguayo Eduardo Bianco, presidente del Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo (CIET).
La salud mental también se ve afectada, a pesar de que no se la mencione con recurrencia cuando se abora el tema. Según Bianco, existe una relación entre tabaco, depresión y suicidio.
"Las personas que consumen tabaco en forma crónica y como factor independiente tienen más chance de sufrir depresión y más intentos de autoeliminación. Al abandonarlo, el riesgo disminuye", comentó el médico.
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¿Cómo pueden hacer los países para contrarrestar este fenómeno? Las medidas más efectivas están incluidas en el Convenio Marco para el Control del Tabaco. Se trata del "primer tratado sobre salud pública" y fue firmado a la fecha por 168 países. "Ahí está todo lo que hay que hacer para resolver el problema. Lo que hacen los países depende de cada uno de ellos", precisó el experto.
"La medida más efectiva aislada sin ninguna duda para reducir el consumo de tabaco en la población general —pero en especial en los jóvenes y en los pobres— es el aumento de precio a través de los impuestos. Después se acompaña con medidas como la prohibición de fumar en lugares cerrados, creando ambientes 100% libres de humo. Luego está la prohibición de publicidad, promoción y patrocinio, incluida la exhibición de la cajetilla en el punto de venta", enumeró el médico.
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El país suramericano fue "el primero en aumentar a un tamaño muy grande" la superficie destinada a advertencias sanitarias en las cajetillas, cuando estableció que un 80% del área impresa debía contener este tipo de mensajes, dejando apenas un 20% para la marca.
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"Hay países que tienen el 90%, hemos sido superados por otros países. Esto se acompaña de estrategias para disminuir la estrategia de engaño causada por la industria tabacalera para confundir a los consumidores sobre que hay productos menos dañinos que otros. Primero usaron los términos ‘light', ‘mild', ‘ultra light', ‘golden', ‘silver', etc. Todos esos términos han sido suprimidos en Uruguay, así como la posibilidad de que haya varias variables de marcas", dijo el presidente del CIET.
La tabacalera Philip Morris interpuso una demanda a Uruguay ante un tribunal de arbitraje internacional de inversiones, porque consideraba que las políticas sanitarias para desincentivar el consumo violaban acuerdos comerciales. En julio de 2016 el fallo dio la razón al Estado uruguayo, hecho que abrió un precedente en el mundo.
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Asimismo, apuntó a luchar contra el comercio ilícito de tabaco, una estrategia de la industria tabacalera aún utilizada en algunas partes del mundo "para colocar productos baratos al alcance de la población".