La canciller alemana Angela Merkel afirmó tras la cumbre del Grupo de los Siete (G7) en Taormina, Italia, que Europa ya no podía ver a Estados Unidos como socio. "Los europeos debemos dirigir nuestro propio destino", afirmó la dirigente alemana.
Pero las profundas convicciones europeas que el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, ha manifestado desde su llegada al Elíseo no le han pasado por alto a Angela Merkel, y Alemania parece estar virando hacia la consolidación de un eje franco-alemán que podría impulsar la integración militar y económica de Europa.
"Han pasado los tiempos en que podíamos confiar plenamente los unos en los otros, de eso me he dado cuenta en los últimos días", citó a Merkel el tabloide Bild.
Ahora que Europa ya no considera a Estados Unidos un socio infalible, Merkel se centrará en promover en Bruselas la unificación de las capacidades militares de la UE y en fortalecer sus relaciones con Polonia, cuya opinión de Rusia difiere bien poco de la de Alemania, e incluso podría ser un traspiés para la presión que EEUU está mostrando con Corea del Norte.
"Que Estados Unidos 'abandone' a Europa a su suerte incluso podría hacer que Merkel decidiese desafiar la política de sanciones de Trump y aislar a Irán estableciendo lazos comerciales con Corea del Norte que incluyesen la venta de armas", cree Heilbrunn.
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La canciller alemana podría también estar buscando que Bruselas se implique más en ayudar a las economías europeas en crisis y en impulsar las reformas de la UE en materia financiera. Merkel se centrará en intentar complacer las demandas de Francia y reducir las exigencias económicas en los países del sur de Europa.
Así las cosas, los intentos de Trump por minar lo poco que parece estar quedando de la Unión Europea podría volverse en su contra. Francia y Alemania tomarán las riendas del futuro de Europa y es posible que la jugada le salga cara a Estados Unidos, concluye el autor.