La víspera, la ministra británica del Interior, Amber Rudd, expresó en público su "irritación" por la divulgación a los medios estadounidenses de información sobre la naturaleza del atentado en Mánchester del 22 de mayo y la identidad de su autor, Salman Abedi, que los servicios de Inteligencia del Reino Unido habían transmitido a sus homólogos de EEUU.
"Daré a entender al presidente Trump que la información compartida por los servicios de seguridad de nuestros países debe permanecer confidencial", dijo.
La explosión que se produjo el 22 de mayo por la noche a la salida de un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande en el estadio Manchester Arena se saldó con 22 muertos, entre ellos 12 niños, y decenas de heridos, muchos de los cuales se encuentran en estado crítico, mientras una decena de personas todavía se dan por desaparecidas.
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El atentado fue reivindicado por la organización terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).