"Es horrible, muy malvado, apuntar a algo así", señaló la jefa de Estado del Reino Unido a una adolescente en el Royal Manchester Children's Hospital, según recogieron los micrófonos de las televisiones.
Siguen hospitalizadas 32 personas, de las que 18 son adultos y 14 menores de edad.
Diez de ellos siguen en cuidados intensivos, de acuerdo con las autoridades clínicas.
El jefe de Policía de la zona, Ian Hopkins, reaseguró al público del progreso en estos últimos "tres días intensos" en la investigación del más cruel ataque perpetrado en Mánchester, con 23 muertos hasta la fecha, incluido el terrorista suicida.
"Los arrestos que hemos practicado son relevantes y los registros iniciales de propiedades han desvelado artículos que creemos que son muy importantes para la investigación", declaró el comandante jefe del servicio de Policía del Gran Manchester.
Desde el 23 de mayo, ocho varones y una mujer han sido detenidos en Mánchester y otras ciudades inglesas, aunque esta última quedó horas después en libertad sin cargos.
El hermano mayor del suicida, Ismael, sigue bajo custodia policial en Manchester conexión con el atentado.
Hopkins advirtió que tardarán "varios días" en completar los registros en los que sus operativos confían en dar con pistas sobre la elaboración de la bomba detonada por Abedi.
La sospecha de que existe una red con elementos activos en Manchester u otra localidad de Inglaterra ha llevado a elevar la alerta antiterrorista hasta su nivel máximo y al despliegue de soldados armados en centros urbanos del país.
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Bombas de fabricación casera no se habían empleado en Gran Bretaña desde el múltiple atentado islamista en el transporte público de Londres en el que murieron 56 personas en 2005.