Según Ren Guoqiang, el 25 de mayo el destructor USS Dewey entró sin autorización en las aguas de las disputadas islas Spratly. Las fragatas chinas hicieron una advertencia al buque estadounidense para que abandonara esta área.
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Asimismo, el Ministerio de Exteriores chino instó a Washington a cesar las "provocaciones" y respetar la soberanía del país.
"Semejantes acciones de la Armada estadounidense minan la soberanía y los intereses de seguridad nacionales, además de que pueden derivar en imprevistos en el mar y en el aire", declaró en rueda de prensa el portavoz de la Cancillería china, Lu Kang.
También Brunéi ha ocupado algunos arrecifes del archipiélago, sin reclamarlos formalmente.
La Corte de Arbitraje Internacional de La Haya dictaminó en julio de 2016, a petición de Filipinas, que no existe una base legal para las reclamaciones que presenta Pekín de la zona marítima comprendida dentro de "la línea de nueve puntos" en el mar del Sur de China.
China, que reclama el derecho a construir instalaciones militares en las islas Spratly (Nansha, en chino), respondió que no reconoce y no acepta ese dictamen de La Haya.
Al mar del Sur de China, cuya plataforma es rica en recursos naturales, le corresponde una tercera parte del tráfico mundial de mercancías.