"Lo recibo con cierta sorpresa porque ellos me dieron la espada de oro, esos títulos fundamentales de la orden (…) y ahora se comportan de esa manera, pero reconozco que es legítimo", dijo Temer en una entrevista con el diario Folha de São Paulo publicada este lunes como reacción a la decisión de los abogados.
El presidente de la OAB, Claudio Lamachia, considera que Temer (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) cometió "sin duda" un delito de responsabilidad y violó el artículo 85 de la Constitución, por lo que no debe continuar en el cargo.
Al margen de la solicitud de los abogados brasileños, el resto de las peticiones en su mayoría son de partidos de la oposición, como Rede Sustentabilidade, el partido de la excandidata presidencial Marina Silva.
Una de ellas, sin embargo, es obra de siete diputados del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña, uno de los principales socios del Gobierno.
A pesar del número de solicitudes, hay pocas posibilidades reales de que Temer se enfrente a un proceso de 'impeachment', ya que este debe iniciarse con el visto bueno del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (Demócratas), que por ahora se mantiene fiel al Gobierno.
"Sin opciones de abrir un 'impeachment'; Rodrigo es un tipo comprometido con el país; jamás trabajaría contra Michel", decía recientemente en declaraciones a la prensa el diputado del Partido Republicano de Brasil, Beto Mansur.
El partido de Maia es uno de los pilares de la base de apoyo del Gobierno de Temer, pero la formación está analizando internamente si mantiene su respaldo al presidente o se lo retira.
Un factor determinante para tomar la decisión podrían ser los movimientos del Tribunal Supremo Federal respecto de la investigación por obstrucción a la justicia que ordenó iniciar contra el mandatario.
Temer había presentado un recurso para que suspendiera la investigación, pero este lunes su defensa lo retiró y se declaró satisfecha con la decisión de la justicia de efectuar una pericia a la grabación para confirmar su autenticidad y si fue editada.
Si finalmente Temer se enfrentara a un proceso de destitución, Brasil viviría de nuevo el mismo proceso que el año pasado alejó de la Presidencia a Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores) y que duró más de seis meses.
Los analistas políticos consideran este escenario poco probable y creen que la vía que tiene más opciones de acabar con el Gobierno de Temer es la sentencia del Tribunal Superior Electoral (TSE).
El TSE está analizando desde hace meses si Temer y Rousseff –que fueron compañeros de fórmula en las elecciones de 2014— financiaron aquella campaña con dinero irregular; si eso se comprueba y el Tribunal los condena, Temer sería apartado inmediatamente de la Presidencia.
Se abriría entonces un plazo de 30 días para que Maia convocara en la Cámara de Diputados una elección indirecta, en la que los congresistas elegirían al sustituto de Temer, que gobernaría el país hasta diciembre de 2018.