"No hay un problema catalán, pero hoy España tiene un problema, España se juega su democracia en Cataluña", afirmó Romeva.
"Es ese Estado, cuestionado en su esencia y frágil en su concepción, aunque poderoso, el que se niega a escuchar las demandas de la población catalana", dijo Romeva.
La intervención de Romeva puso especial énfasis en señalar que el proyecto soberanista catalán debe ser observado "desde un prisma europeo".
"En España, y en toda Europa, emerge una nueva ciudadanía que exige más proximidad y más democracia: de esto trata la propuesta catalana", afirmó.
El encargado de la diplomacia catalana se mostró convencido de que "el futuro de Europa debe decidirse en base a la libertad y no a la imposición", por lo que pidió a España disposición al diálogo y poner fin a "una lógica de desencuentros" vigente "desde hace tres siglos".
"Nadie en nuestra tierra propone aislarse, lo que proponemos es reencontrarnos libremente, sin imposiciones, en el contexto de una Europa que sepa aceptar la identidad de cada uno, una Europa que emane de la libre elección de querer compartir trayecto", explicó.
La intervención de Romeva, precedió a un discurso del vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, que defendió el derecho a la autodeterminación como algo "inherente" a las comunidades políticas.
"Del mismo modo que la libertad es un derecho inherente a cada persona, la autodeterminación es inherente a las comunidades humanas y políticas", dijo Junqueras.
El vicepresidente catalán defendió la celebración de un referéndum porque los catalanes "quieren ser responsables de su futuro".
"Cuando alguien le dice a los ciudadanos que no les quiere dejar votar, en el fondo lo que está diciendo es que no les importa su opinión", opinó.
Junqueras finalizó su intervención asegurando que Cataluña celebrará un referéndum porque "sin el ejercicio del voto la democracia pierde todo su sentido".