La gran densidad de armamento acumulado en la región ya conllevó a un incidente en los cielos sobre mar del Este de China. Un avión espía estadounidense modelo WC-135 Constant Phoenix fue interceptado por dos cazas Su-30 de la Fuerza Aérea de China. Si bien la acumulación de fuerzas en la zona por parte de EEUU tiene como excusa la creciente amenaza nuclear norcoreana, Pekín claramente intenta demostrar su descontento por la presencia militar de Washington.
La escalada técnico-militar en la región choca también con los intereses de Rusia, que tiene fronteras con dos de las partes de este conflicto: terrestre con Corea del Norte y marítima con Japón.
Sin embargo, cerca del 52% de los ciudadanos rusos no ven en el programa nuclear norcoreano una amenaza directa para su país. El 39% de los encuestados considera lo contrario. Y si el conflicto tiene lugar, los rusos no quisieran ver a Moscú como uno de los involucrados. Así, el 19% se muestra a favor de la no intervención absoluta, mientras que el 73% admitirían una participación como intermediario en un arreglo pacífico.
El director del Centro de Estudios de Asia del Este de la Universidad MGIMO, Alexandr Lukín, considera poco probable una escalada bélica a corto plazo.
"La administración de Donald Trump intenta presionar a Corea del Norte porque durante su campaña él prometió hacer algo con la crisis coreana. El presidente de Estados Unidos espera que, como resultado de la presión, Pyongyang renuncie a las armas nucleares y entre en negociaciones. Pero es dudoso que logre algo, ya que eso lo han tratado de hacer cientos de veces antes. Además de la intimidación él no cuenta con otros medios", cita Svobodnaya Pressa las palabras de Lukín.
El experto considera que, aunque EEUU duplique su potencial bélico en la región, no se atreverá a atacar a Corea del Norte, ya que eso supondría una rápida avanzada de las fuerzas de Pyongyang contra Seúl. Y si bien a la larga los norteños perderían un potencial conflicto, este supondría pérdidas irreparables para Corea del Sur, sobre todo su capital Seúl, que se ubica a pocos kilómetros de la línea de demarcación.
En lo que respecta al acercamiento de aviones de China y EEUU, eso es algo habitual, continúa el autor. Está claro que entre China y EEUU existe cierta competencia en la región, pero tales casos no serán la causa de un conflicto bélico.
El incidente más crítico tuvo lugar en 2001, cuando un avión espía estadounidense, modelo EP-3, se vio incluso obligado a aterrizar de emergencia en territorio chino tras colisionar con dos cazas que trataban de expulsarle del área cercana a unas maniobras, en el mar del Sur de China. Pero, por lo general, esos acercamientos son algo cotidiano y los riesgos que realmente traen no deben ser exagerados.
Por su parte, Konstantín Blojín, investigador del Centro de Estudios Euroatlántico y de Defensa del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos citado por Svobodnaya Pressa, considera que la actual escalada debe ser vista en el contexto de confrontación global entre China y EEUU, que perdurará por muchos años.
Blojín recuerda que en febrero de 2017, la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) publicó un informe en el que expone su visión del mundo para el 2050. Según el pronóstico, en cuestión económica EEUU será desplazado hacia la tercera posición, por debajo de China y la India. En PIB, el gigante asiático sobrepasará al de EEUU dos veces.
"De esta manera, observamos dos grandes tendencias: la primera es el ascenso de China, el cual todos han aceptado; el segundo es la crisis sistémica de la superpotencia estadounidense. Eso explica muchas cosas", anota Konstantín Blojín.
El experto hace referencia a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU acumulaba el 50% del PIB mundial, mientras que ahora solo cuenta con el 18-19%. En 1945 Washington tenía un total monopolio en la esfera de armamento nuclear. Ahora ya no. En aquella época EEUU contaba con ⅔ de las reservas de oro mundial y ¾ partes de inversiones a nivel global. Ahora su deuda se aproxima a los 20 billones de dólares y sigue creciendo.
Por lo tanto, concluye Blojín, la principal prioridad de Estados Unidos en materia de política exterior es la región Asia-Pacífico. Tal estrategia fue anunciada abiertamente por Barack Obama en 2011 y la Administración de Donald Trump solo continúa la iniciativa.
No es de extrañar que alguien como Peter Navarro, autor de libros como 'Las próximas guerras chinas' y 'Muerte por China', fuese nombrado por el presidente actual como encargado especial de la Casa Blanca en política comercial e industrial del país. Incluso el actual vicepresidente estadounidense, Mike Pence, realizó recientemente una gira por Asia en la que visitó a varios importantes jugadores de la región, excluyendo a China.
Todo esto nos podría llevar a concluir que estamos siendo testigos de un nuevo Gran Juego, en el que Corea del Norte es solo una excusa. Un excusa perfecta para EEUU para fortalecer su alianza con Corea del Sur y Japón y, tal vez, sumar nuevos aliados como Taiwán y los países de la ASEAN contra China, concluye Svobodnaya Pressa.