El director del recién creado Consejo Nacional de Comercio, Peter Navarro, de 67 años, es el nuevo encargado especial de la Casa Blanca de dirigir la política comercial e industrial del país. Su primer discurso público causó conmoción en parte de la comunidad económica estadounidense, hasta el punto de ser catalogado por Linette López, columnista de Business Insider, como "el hombre más peligroso para la economía global".
En su intervención del 6 de marzo ante la Asociación Nacional de Economía de Negocios (NABE, por su sigla en inglés), Navarro advirtió que el elevado déficit comercial de EEUU es un "riesgo para la seguridad nacional" y prometió luchar contra "la masiva migración de empresas al extranjero". La idea central de su discurso consistió en que el "orden comercial liberal" que el mundo ha conocido durante los últimos 70 años ha sido injusto, pero no para el mundo, sino para el país más rico.
La gestión comercial que se ha estado realizando hasta ahora, ha venido robando a los estadounidenses los puestos de trabajo más valiosos —los industriales— e incluso ha dejado a EEUU fuera de los mercados extranjeros, indica Navarro. "El comercio debe ser libre, justo y recíproco", remarcó el economista, quien puso como ejemplo que "Japón exporta más vehículos a EEUU en dos días que lo que EEUU envía a Japón en todo un año".
Además de contra Japón, el director de Comercio de la Casa Blanca cargó también contra lo que considera prácticas comerciales injustas de China, India y una decena de otros países, muchos de los cuales son aliados de Estados Unidos, como Alemania. Sin embargo, Peter Navarro rechazó la idea del mandatario Donald Trump de incrementar las barreras arancelarias a las empresas estadounidenses que planeen trasladar parte de sus operaciones fuera del país, haciendo especial hincapié en el desequilibrio comercial con México. ¿Entonces cómo?
"Rejuvenecer" la industria
Según el funcionario, para mejorar e incluso expandir el sector industrial, Estados Unidos debe enfocarse en establecer impuestos prudentes, regulatorios y una política energética sensata.
"La producción de bienes manufacturados tiende a ser tanto un mayor multiplicador de empleo como a provocar unos niveles salariales más altos. De ello se deduce que, si EEUU se propone aumentar su tasa de creación de empleos y mostrar un aumento de los niveles de ingreso, y rejuvenecer los alguna vez vibrantes centros industriales de Ohio, Michigan, Carolina del Norte y Pensilvania, debemos centrarnos en mejorar y ampliar nuestra base industrial", expresó Navarro en su discurso.
El mayor problema con este comentario, explica Linette López, es que, en 2017, el sector de la economía estadounidense que promete el mayor crecimiento y que abrumadoramente domina la economía es el sector servicios.
Según la columnista, de esta manera Peter Navarro insiste en que el Gobierno debe enfocarse en "recuperar la cadena de suministro y las capacidades de fabricación" en vez de brindar una mejor educación a los estadounidenses para que puedan aspirar a trabajos mejor pagados en el sector servicios. Después de todo, el 'servicios' acoge a todo tipo de empleados que no participan en la producción industrial, desde un conductor de taxi, hasta banqueros y científicos.
Hacer frente a la "conquista china"
El gigante asiático, advierte Navarro, estaría poniendo en marcha toda una estrategia de "conquista a través de la compra". Se trata de la adquisición de bienes y activos estadounidenses por compañías chinas, en muchas de las cuales el gobierno de Pekín es el principal accionario.
En los últimos años, Peter Navarro ha escrito una serie de libros en los que describe la amenaza que representa China para la economía de EEUU y el deseo de este país de convertirse en la potencia económica y militar dominante en Asia. Muchas sus tesis fueron mencionadas por Donald Trump durante su campaña. Tal vez, esa sea la explicación de por qué el mandatario lo haya elegido para dirigir el Consejo Nacional de Comercio, a pesar de ser demócrata.
Zhu Ning, profesor de finanzas de la Universidad de Tsinghua en Pekín, llegó a señalar a Financial Times que el nombramiento de "un halcón de este tipo" sorprendió a los funcionarios chinos, que esperaban que Trump atenuara su retórica contra Pekín después de asumir el cargo.
Domar a Alemania
El país germano, señala Navarro, estaría forzando un euro "sumamente subvalorado" (la moneda paneuropea cayó un 23% con respecto al dólar en los últimos tres años) para obtener ventajas comerciales sobre Estados Unidos y sus propios socios dentro de la Unión y reteniendo los puestos de trabajo dentro del país.
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"Si bien el porcentaje de estadounidenses que trabajan en la industria en la actualidad es del 8%, Alemania, por el contrario —que tiene algunas de las más avanzadas empresas de la robótica en el mundo— continúa empleando el 20% de su mano de obra en la industria", apunta el economista.
Declaraciones de ese tipo en público no poseen base económica, apunta Linette López, pero sí podrían disparar las alarmas en la mayor economía de Europa, que podría tomar medidas de carácter proteccionista. La analista económica recuerda que, según cálculos del Fondo Monetario Internacional, realizados en 2014, si el sector industrial de EEUU fuese un país aparte, fuera la octava economía del mundo, mientras que la economía alemana entera ocupa hoy día la cuarta posición.
"Lo mejor que Alemania puede hacer son carburadores. Ellos hacen rodamientos (cojinetes) para las ruedas y sistemas de inyección de combustible. Es realmente extraño que el principal economista de la Administración [de Donald Trump] quiera que seamos como ellos", cita la publicación las palabras de Lee Branstetter, economista y experto en comercio de la Universidad Carnegie Mellon.
Y esto ha sido sólo la primera intervención del director de Comercio de la Casa Blanca. Lo más interesante está por llegar.